Las droguerías deben contar con el debido almacenamiento e identificación de los medicamentos, y el personal a cargo de su entrega debe ser idóneo y recibir capacitación y actualización permanente; su trabajo debe seguir rigurosos protocolos normados en sistemas de calidad, además de la supervisión constante de químicos farmacéuticos; las Secretarías de Salud de todo el país están llamadas a ejercer la función de control y vigilancia de forma constante.
La ciudadanía debe estar atenta, leer la fórmula y contrastarla con el nombre del medicamento, preguntar si hay dudas al-a farmaceuta o al médico-a tratante. Las instituciones y entidades prestadoras de salud están obligadas a garantizar que su personal suministre la información clara al paciente o a sus acudientes sobre los medicamentos recetados, sus formas de uso, recomendaciones y posibles contraindicaciones.