Curioso que dos seres tan parecidos en su comportamiento locuaz y agresivo sean tocayos de nombre. Nos referimos a Claudia Nayibe López y a Nayib Bukele. Sobra decir quién es cada uno y qué ha hecho en ejercicio de su cargo, pues sus conciudadanos los tienen muy presentes. El último –presidente de un país centroamericano– ha estado en boca de todos tras anunciar con bombos y platillos la apertura de un campo de concentración para encerrar a presuntos ‘maras’; integrantes de organizaciones narcotraficantes que, dicho sea de paso, son un reducto de los experimentos gringos en la región.
En este centro penitenciario, el “más grande del continente” según el presidente Bukele, se dispuso como única prenda autorizada a los reclusos una pantaloneta blanca, que deja al descubierto los tatuajes con los que el Estado sustenta su vinculación a MS-13 y otras organizaciones criminales. La comandancia del penal se ufana del diseño, que efectivamente priva de la luz solar a quienes estén allí recluidos, y presagia que pasarán el peor tiempo de sus vidas, como si el hecho de estar privados de su libertad no fuera suficiente castigo. Algunos salvadoreños que se declaran seguidores de Bukele –según mediciones recientes, cada vez menos– celebran que en su país se construyan más y más cárceles, al tiempo que se reducen las garantías democráticas y se multiplican las denuncias por violaciones al debido proceso.
Dejando de lado la seriedad que esta noticia demanda, pensábamos que Nayib Bukelepudo haber tenido como fuente de inspiración para sus nuevos reclusorios el TransMilenio de su tocaya Claudia Nayibe, en lo atinente a las condiciones de encierro y maltrato que sus usuarios –ciudadanos que no han sido privados de la libertad por orden judicial sino por condiciones injustas defendidas, entre otros, por la alcaldesa– deben resistir a diario para ir a sus trabajos y regresar a casa. Lo cierto es que además de la semejanza en el nombre y en el despotismo por el que ambos se caracterizan, comparten grupúsculos de defensores acérrimos, que no piensan dos veces antes de agredir y perseguir a quienes osan cuestionarlos.
–Cambiando de tema– Por estos días nos detuvimos en una información que inicialmente fue atribuida por el remitente a una noticia de The New York Times, pero que tras una rápida búsqueda en internet comprobamos que no tenía dicho origen. Al margen de su autoría, la nota daba con algunos asuntos que consideramos relevantes y pertinentes. Decía que la formación digital o remota no está destinada a formar un pensamiento crítico sino al cumplimiento mecánico de tareas y procesos, razón por la cual estaría siendo ofertada a poblaciones de bajos ingresos al tiempo que los más afortunados optan por una formación presencial, basada en la observación, la comunicación y la crítica. Ese es el mundo que la cibernética ha diseñado y que opera en perfecta sincronía con el modelo de producción y consumo desorbitado, propio del capitalismo que nunca ha tenido reparo en valerse de las desigualdades.
La advertencia que subyace a esta “noticia” no podría ser más oportuna, pues se publica en días de furor por ChatGPT y otras herramientas de inteligencia artificial. El presagio es diáfano y anticipa que, si bien las masas podrán manejar un computador, de ninguna manera estarán en la posición de alimentarlo o mejorarlo, pues ello será tarea de los poderosos. Aún estamos a tiempo de reivindicar nuestras capacidades y con ello disminuir el uso de productos tecnológicos a lo estrictamente necesario. Esta observación no pretende ser una crítica a la modernidad, sino a la dependencia nuestra –irrazonable y peligrosa– con la tecnología.
Unos amigos, fruto de la ignorancia por recibir informaciones contradictorias, nos decían que la reforma a la salud debía de ser mala porque así lo decía la prensa y los “líderes de opinión”. En la misma mesa, un joven revoltoso, sin tanto Ph.D. ni pasadas de ocasión por universidades anglosajonas, les dijo que entre esos medios de comunicación que seguían había algunos que poco hacían por informar. El que consume sus contenidos, dijo, debe estar dispuesto a ser engañado inadvertidamente y a que su juicio sea afectado por motivaciones que distan de la objetividad con que deberían ser presentadas las noticias. Después de escucharlo creemos que está en lo cierto, pues de lo contrario no tendría justificación que un medio de propiedad de la banca se niegue a informar a sus lectores sobre las utilidades del sector y los motivos por los cuales año tras año rompen récord en sus beneficios.
Lo mismo está pasando, a nuestro juicio, con el proyecto de reforma a la salud que hace su tránsito por el Congreso y que desde el primer día ha sido objeto de intensas presiones por grupos de interés, quienes –oh, sorpresa– tienen participación en algunos de los principales medios de comunicación del país. En palabras de niño chiquito, están haciendo yo con yo, publicando informes gremiales en la mañana y notas periodísticas por la tarde. Cuando corren con la mala fortuna de encontrar evidencias que demuestran falencias en la operación del sistema de salud, hallan la manera de pasarlo como un hecho aislado, bien sea deslegitimando la fuente o minimizando la gravedad de lo ocurrido. Lo anterior, si no es que “matan” la historia primero.
Día de por medio los ciudadanos protestan por los abusos y excesos de los prestadores de servicios públicos domiciliarios. La respuesta que se les ha dado desde hace años es que esas compañías son de propiedad de particulares, quienes tienen el derecho de obtener un lucro como resultado de la prestación, al tiempo que el Estado ejerce las funciones de control, inspección y vigilancia sobre estas. Atendiendo a los justos reclamos de la ciudadanía, el presidente Petro expidió un decreto en el que recobraba las competencias que le asisten en materia de energía y gas y que hasta entonces habían sido delegadas a otra entidad estatal. Por vicios en el procedimiento de formulación y publicación, el Consejo de Estado suspendió provisionalmente el decreto, hasta que resuelva de fondo una demanda de nulidad presentada por dos ciudadanos. Lo curioso del cuento ha sido escuchar y leer a algunos ‘opinadores’ que se sostienen en que el comportamiento del Presidente en esta oportunidad fue “autoritario” o “dictatorial”, aun cuando las deficiencias identificadas por el alto tribunal son fácilmente subsanables y, de corregirse, permitirían que el gobierno profiera de nuevo el referido decreto.
Lectura recomendada: interesante el análisis que hace Daniel Pietikäinen Talero –especialista en relaciones internacionales, de origen colombofinés– en la revista Modern Diplomacy, del cual nos permitimos extraer el siguiente apartado: “[p]ara construir alianzas duraderas contra el cambio climático en un orden internacional fragmentado, Europa debe demostrar la ambición de Global Gateway en América Latina, donde la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda de China tiene la ventaja. El máximo diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, está diciendo todas las cosas correctas sobre América Latina. En repetidas ocasiones ha declarado que ambas regiones comparten valores, historia, cultura e idiomas comunes, pero que los lazos deben profundizarse. A su regreso de un viaje de una semana a la región en mayo pasado y a través de una serie de artículos, Borrell afirmó que había llegado el momento de volver a comprometerse con los países latinoamericanos, que comprensiblemente se sienten desatendidos.”
En otro párrafo se dice que las empresas chinas “también están haciendo importantes contribuciones al desarrollo del ‘triángulo del litio’, formado por Argentina, Bolivia y Chile. La zona alberga más de la mitad de los yacimientos mundiales del metal, que es un elemento clave para la transición energética, ya que se utiliza en las baterías de los coches eléctricos y en las centrales eléctricas que utilizan combustibles no fósiles.” Por último, Pietikäinen afirma que “América Latina tiene potencial para ser el principal socio de la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático. Lejos de una relación basada en la extracción de recursos, la UE podría actuar de la mano de la región más biodiversa del mundo y de países con voluntad de emprender una acción climática seria.” Si están interesados en leer el artículo completo en inglés, pueden acceder a él dando clic acá.
Coletilla a cargo del ex-magistrado de la Corte Constitucional, José Gregorio Hernández: “Que el presidente solicite oficialmente investigación penal contra su hijo y su hermano es un acto de transparencia y claridad que no se ha visto en sus antecesores.”
Adenda: Nuestro periodista colaborador y corrector de estilo, Francisco Cristancho R., propone para esta semana una sencilla tarea: contar los huecos de las calles por las que transitemos a diario. Si la administración de la señora Claudia Nayibe se pudiera medir solamente por su incapacidad de mejorar la malla vial capitalina, hace rato le hubiesen revocado su espantoso mandato. ¡Hagan la tarea y se convencerán!
Hasta la próxima semana, respetados lectores.
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