En la actualidad cursa en el Senado de la República un proyecto de ley “Por medio del cual se elimina el matrimonio infantil, las uniones maritales de hecho, y las uniones tempranas (MIUT) en las cuales uno o ambos de los contrayentes o compañeros permanentes sean personas menores de edad”
La sigla MIUT está mal traída para este caso y además no pertenece a nuestra cultura de familia. Con solo referirse a la edad para formar parejas es suficiente y claro.
El proyecto utiliza con evidentes errores de sintaxis el verbo eliminar para referirse al matrimonio infantil, solemne y consensual y a las uniones tempranas. ¿Qué es una unión temprana? ¿Es sexo infantil o adolescente? Utilizar el verbo eliminar en un país en el que día a día se eliminan personas, se asesinan personas, asesinatos horrendos, es un desacierto. El proyecto lo que pretende es modificar la edad para celebrar matrimonio y así debe titularse. El texto del proyecto es sencillo: 1) Es nulo, de nulidad absoluta, el matrimonio celebrado entre personas menores de 18 años o cuando cualquiera de los dos sea menor de edad. 2) Es nulo, de nulidad absoluta, el matrimonio consensual, llamado Unión Marital de Hecho, celebrado entre personas menores de 18 años o cuando cualquiera de los dos sea menor de edad. 3) El matrimonio nulo no genera sociedad conyugal. 4) La nulidad del matrimonio consensual. por razón de la edad, no genera sociedad conyugal. 5) El funcionario que autorice matrimonio solemne o reconozca matrimonio consensual que se haya iniciado con vicio por razón de la edad, será destituido e inhabilitado para ejercer toda función pública por el término de 15 años. 5) Es política de Estado el lograr cero embarazos en y por adolescentes. 6) Es política de Estado educar y prevenir por todos los medios y métodos posibles el embarazo en y por adolescentes.
Es innegable que en el mundo actual se predica que los adolescentes tienen derecho a tener relaciones sexuales y hay organizaciones y personas con cierta ascendencia social que estimulan esas relaciones y otros que son delincuentes y corrompen a menores de edad y los inducen en la prostitución y explotación sexual. Prevenir la explotación sexual, el inicio temprano de la vida sexual, el embarazo infantil y adolescente es responsabilidad de la familia, de la sociedad, de los medios, de los funcionarios del Gobiernos que tienen la obligación de preservar la salud integral de nuestros menores de edad.
La tarea no se ha iniciado y estamos en mora de iniciarla.
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