LIBERACIÓN DE LANGLOIS
(Foto tomada de espanol.rfi.fr)
Que el periodista francés Romeo Langlois haya quedado libre después de haber permanecido 32 días en poder de la guerrilla, es un hecho que debemos celebrar, y desde luego agradecer a la Misión Humanitaria que lo recibió -en especial a la Cruz Roja y a la doctora Piedad Córdoba- por las invaluables gestiones que en esta y en otras ocasiones han adelantado a favor de la vida y de la libertad.
Desde luego, no es a los secuestradores a los que se debe reconocimiento alguno, pues la entrega de Langlois no borra el hecho de su secuestro ni hace olvidar que las Farc incumplieron su palabra, ni que continúan reteniendo a miles de colombianos civiles a cuya liberación inmediata debían proceder si tienen una genuina voluntad de paz.
Por supuesto, este acontecimiento debe servir de enseñanza a quienes dentro del Gobierno o en la Fuerza Pública incluyen a periodistas en los operativos militares sin las debidas precauciones para evitar los riesgos que su sola presencia en los combates representa para ellos.
Seguramente, sin embargo, el periodista francés habrá recaudado durante este mes largo un importante material periodístico que se divulgará al mundo y que ojala también sirva para responder a muchas preguntas que nos estamos haciendo los colombianos sobre ese peculiar secuestro.
Por ahora, Langlois regresará a Francia al lado de sus padres, que lo esperan ansiosos.