Hechos y Situaciones: Internacionales. El Nobel de Paz 2014 Destacado

El Comité  Nobel noruego ha querido este año, con mayor énfasis que en otras ocasiones, enviar un mensaje al mundo sobre la tolerancia y el trabajo en favor de los más débiles como bases insustituibles de la paz.
En efecto, las dos figuras escogidas para compartir ese galardón son emblemáticas y verdaderamente ejemplares, no solamente por su historia personal sino especialmente por la actividad que han desplegado, con generosidad y entrega.
 
Los premiados este año son Malala Yousafzai, de Paquistán, y Kailash Satyarthi, de la India, “por su lucha contra la opresión que afecta a niños y adolescentes  y por el derecho de todos los niños a la educación”, según las expresiones del Jurado.
 
Malala Yousafzai, una joven paquistaní valiente y decidida, sufrió en 2012 un atentado que casi le cuesta la vida, a manos de los talibanes, sobrevivió y hoy es una activista en derechos humanos fuera de su país y líder en la promoción y defensa de los derechos de la mujer a la dignidad y a la educación. Kailash Satyarthi, por su parte, es el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil.
Resaltó el Comité el hecho ejemplar de que un hindú y una musulmana, un indio y una paquistaní, se unan en la lucha común por la educación y contra el extremismo. Señaló que en el mundo es indispensable, especialmente en los países pobres, velar sin descanso por los derechos de los niños y adolescentes, pues ello contribuye  a la realización de la 'fraternidad entre naciones' que Alfred Nobel menciona en su testamento como uno de los criterios para el Nobel de la Paz.
 
Refiriéndose a Kailash Satyarthi, el jurado puso de relieve que este hindú, "mostrando gran valor personal" y siguiendo la tradición de Gandhi, "haya liderado varias formas de protesta y manifestación, todas pacíficas, centrándose en la grave explotación de los niños para obtener beneficios financieros". También tuvo en cuenta que este hombre, desde hace 28 años "ha contribuido al desarrollo de importantes convenciones internacionales sobre los derechos de los niños". Kailash Satyarthi, ingeniero informático, denunció a las multinacionales que en su país explotan a niños de entre 5 y 12 años de edad, y hoy dirige la organización Global March, que ha liberado de la esclavitud empresarial a unos 80.000 niños en más de 160 países.
 
Satyarthi, de 60 años, es el director de la Coalición Surasiática contra la Esclavitud Infantil (‘South Asian Coalition on Child Sewitude’) y ha dedicado su vida a la lucha por los derechos de los niños.
A lo largo de más de dos décadas, este valeroso dirigente ha organizado decenas de protestas pacíficas y campañas civiles contra la explotación laboral de los menores. Gracias a sus esfuerzos se ha logrado liberar a más de 80 000 niños de diversas formas de servidumbre y se ha conseguido  la reintegración exitosa, la rehabilitación y la educación de los mismos.
 
Como Kailash ha manifestado al conocer la decisión del jurado, dedica el Nobel a los niños que siguen padeciendo la esclavitud. “Es un honor para todos estos niños que todavía sufren la esclavitud y están sometidos al trabajo y al tráfico”, afirmó.
 
En cuanto a Malala Youdafzai, el Comité sostuvo que merecía el premio por su denodada y permanente lucha, desde muy joven, por la educación de las mujeres en su país.
Malala Yousafzai, de 17 años, se ha convertido en el ganador más joven del prestigioso premio. Nacida el 12 de julio de 1997 en Mingora, distrito pakistaní de Swat, su candidatura al galardón fue presentada por diputados noruegos del Partido Laborista.
 
En 2009, a la edad de 11 años, Malala principió a escribir en su blog digital para la BBC acerca de su vida y estudios en una escuela de Swat, donde en ese momento tenía lugar un conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales y los talibanes que prohibían a las niñas recibir educación secundaria.
 
La niña usaba un seudónimo, Gul Makai, y adquirió notoriedad rápidamente, ya que en ese medio brindado por la tecnología denunciaba las atrocidades cometidas por el régimen del Tehrik-i-Taliban (TTP), que ocupó militarmente el valle del río Swat matando a muchos de sus habitantes, destruyendo las escuelas y prohibiendo la educación de las niñas entre los años 2003 y 2009.
El 9 de octubre de 2012 Malala fue víctima de un atentado en Mingora, cuando dos miembros del TTP subieron al autobús escolar en que viajaba y la dispararon varios tiros de fusil, alcanzándola en el cráneo y en el cuello. De inmediato, el vocero de la organización terrorista, Ehsanullah Ehsan, afirmó en un comunicado que acudían al atentado, con el propósito de matar a Malala, porque así se lo imponía la posición de la sharía  en contra del modelo educativo secular. La joven fue conducida a un hospital ubicado en Rawalpindi, en las proximidades de Islamabad, donde le extrajeron una bala alojada en el cuello, cerca de la médula espinal. El 15 de octubre fue trasladada al hospital Queen Elizabeth en Birmingham (Reino Unido) y tres meses y medio después, el 8 de febrero de 2013, fue dada de alta. Se le implantó en el cráneo una placa de titanio y también un dispositivo auditivo en el oído izquierdo.
 
En octubre del año pasado la activista paquistaní, entonces de 16 años, recibió el Premio Sájarov del Parlamento Europeo a la Libertad de Conciencia. En el mismo mes la adolescente fue galardonada con el premio Anna Politkóvskaya y en septiembre la Universidad de Harvard le otorgó el título “Humanista del Año”.  
 
La decisión de otorgar el Premio Nobel de la Paz de este año a la joven paquistaní Malala Yousafzai y al indio Kailash Satyarthi representa una victoria para los niños del mundo, consideró el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon.
 
 En un comunicado, Ban felicitó a "ambos líderes por su bien merecido reconocimiento", y agregó que con sus premios los "verdaderos ganadores hoy son los niños del mundo".
 
Haga click acá para ver los demás acreedores de los Premios Nobel en el año 2014.
 
 
La Voz del Derecho

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