POR OCTAVIO QUINTERO
Si uno cuenta con el respaldo político de los presidentes del Congreso (Senado y Cámara), y si además lo respaldan también los partidos de la Mesa de Unidad que, con excepción del menguado Polo, son el resto, puede decir que su aspiración (la que sea) está asegurada…
Para el caso, ya no importa que uno haya sido acusado por la Corte Constitucional como responsable de estar instigando a la sociedad a desconocer el orden institucional del país que resulta ser una conspiración, en estricto sentido.
Es decir, El Congreso de Colombia se dispone a reelegir a un tipo que viola la constitución en aras de su fanatismo religioso. Se va a reelegir a un tipo que en vez de garantizar los derechos de los ciudadanos todos, sesga sus decisiones con la tijera de sus propias convicciones, no propiamente jurídicas sino religiosas que, por respetables que sean, no obligan a todos, como sí obliga la Constitución y las leyes.
Ese candidato a la reelección es Alejandro Ordoñez, ternado por la Corte Suprema de Justicia. El asunto es tan grave, como si, para el caso, la Corte Constitucional ternara a la Corte Suprema de Justicia a un acérrimo enemigo suyo, digamos, por ejemplo, Fernando Londoño…
Eso por un lado…
No menos grave es el apoyo político de los dignatarios del Congreso y dirigentes de los partidos de que goza el Procurador. Eso no es gratis… Algún favor le están pagando; favor hecho, por supuesto, con la plata de nosotros los contribuyentes, Porque con la plata de los demás resulta muy cómo pagar los favores recibidos. Fue el “estiércol” de Uribe y es el de Santos, en el que se revuelca la Mesa de Unidad: acaba de pagar el apoyo de los verdes con el nombramiento de Lucho Garzón, como “Alto Consejero para el Diálogo Social” (¿¿??) y, en las últimas horas, a Gina Parody como “Alta Consejera para los asuntos de Bogotá”… Nuevamente ¿?¿¿.
Todo esto se da en Colombia porque este es un país que no se rige por normas institucionales sino clientelistas. Y un ejemplo será el que viene el domingo 30 de septiembre cuando solo tres partidos irán a consulta a ver qué piensan sus seguidores sobre la conducción del Partido.
Si, por ejemplo, los partidos de la Mesa de Unidad se atrevieran a preguntarle a sus prosélitos sobre el apoyo que ahora dan a la reelección del Procurador, seguramente serían desautorizados, a juzgar por el resultado de una encuesta abierta por la revista Semana.com sobre el mismo tema que registra amplio rechazo a la reelección de tan importante funcionario que ha convertido la Procuraduría General de la Nación en una vicaría, y esto, aunque muy divino, es distinto.
No hay el menor riesgo de que en un país decente, un violador de la Constitución tenga políticamente asegurada la reelección en un cargo de primer nivel que se institucionalizó, precisamente, para hacer respetar los derechos constitucionales de todos los ciudadanos.