Anoche los noticieros de televisión registraron a eso de las siete la presentación del General Rubén Darío Alzate quien dio explicaciones acerca de su secuestro con las siguientes palabras:
“ de este esfuerzo militar y siendo consciente en la necesidad de generar alternativas para resolver problemas estructurales del departamento y posibilitar el progreso y desarrollo de una región deprimida que la que la falta de presencia del Estado por décadas ha sido una constante. Lideré junto con la Gobernación un esfuerzo de articulación con las comunidades e instituciones del orden nacional, local y regional con el ánimo de trazar una hoja de ruta plasmada en la Ruta Estratégica Integral Chocó 2038.
Este esfuerzo articulador, gerenciado por la doctora Gloria Urrego de la Dirección de Gestión de Proyectos del Ejército, hoy le permite al Chocó contar con una primera versión de la Visión de Desarrollo Departamental para largo plazo, así como una real integración de sus planes, programas y proyectos de orden nacional, de orden social, económico, ambiental, de infraestructura y de fortalecimiento institucional.
Adicionalmente le permite contar con una capacidad instalada para la planeación estratégica, dirección y gestión de proyectos. En síntesis, hoy el Chocó cuenta con una tarea de acción conjunta que no solo protege a sus ciudadanos sino que también genera posibilidades de desarrollo social, de corto, mediano y largo plazo.
En el desarrollo de este esfuerzo encontramos diferentes obstáculos dentro de los cuales la natural prevención y la falta de confianza de algunas comunidades de este departamento, nos llevó a plantear nuevas estrategias de aproximación a ellas.
Luego de once meses de recorrer el departamento y buscando este acercamiento con las comunidades, visité el corregimiento de Las Mercedes. En este lugar pretendemos desarrollar un proyecto de energía alternativa acogido por la Gobernación mediante la instalación de turbinas en el río Atrato como piloto para beneficiar en su implementación a más de doscientas treinta comunidades.
El pasado domingo 16 de noviembre y luego de una reunión operacional llevada a cabo en las instalaciones de la Policía Nacional con su comandante departamental, el Comandante de la Brigada XV y las secciones de inteligencia en nuestras fuerzas, me informé de la situación operacional y de inteligencia del área y procedí a visitar el corregimiento de Las Mercedes, adoptando unas medidas de seguridad que incluían: desinformación de mi ruta y destino final, el no acompañamiento de mi anillo de seguridad y el manejo de un bajo perfil, razón por la que iba vestido de civil y sin armamento.
Para mí es importante enfatizar que adicional al bajo perfil, usé el vestido civil para fortalecer la confianza con una comunidad que merece nuestra atención y acercamiento y compromiso.
Luego de un recorrido que aproximadamente duró 15 minutos en bote desde Quibdó y cuando estábamos desembarcando en Las Mercedes en compañía del cabo primero José Rodríguez y la doctora Gloria Urrego, el perro que nos acompañó saltó del bote y asustó a un grupo de niños que se encontraban adelante del muelle razón por la cual ordené que regresara al bote. Caminamos nuevamente hacia la comunidad y cuando habíamos avanzado unos pocos metros, sorpresivamente fuimos abordados por cuatro hombres armados de fusil, entre quienes se encontraba alias Chaverra del Frente 34 del grupo terrorista de las Farc, quienes nos secuestraron en total estado de indefensión, ese hecho constituye una flagrante violación a los derechos humanos y por consiguiente se configura como una infracción al Derecho Internacional Humanitario.
Durante los 14 días que duró nuestro secuestro, fui esposado y posteriormente amarrado durante las noches, al igual que el cabo Rodríguez. Nos vimos forzados por estos terroristas a realizar marchas de más de ocho horas diarias a través de la selva, además de recibir amenazas de muerte si decidiéramos optar por un escape; incluso, fui forzado a hacer parte de un show mediático que realizaron con fotos y videos el día de nuestra liberación.
Debo reconocer que mi afán de servicio y el amor por el pueblo chocoano me llevó a no aplicar los procedimientos que en materia de seguridad debía adoptar en mi desplazamiento en materia de seguridad como general de la República y como comandante de la fuerza de tarea conjunta Titán (...) Por mi honor militar, he solicitado al Gobierno Nacional mi retiro del servicio activo.
Agradezco a Dios Supremo hacedor de todas las cosas el haberme permitido portar con orgullo y dignidad el uniforme de soldado colombiano. A mi familia quiero agradecerle su amor, entrega, sacrificio y permanente apoyo durante toda mi carrera militar pero también su soporte durante estas horas difíciles.
A los soldados de nuestro glorioso Ejército, siempre recuerden que el honor es la primera virtud del militar. El honor debe llenar todo el corazón de un soldado, debe ser el ídolo querido del hombre de guerra, es el que haciéndonos olvidar de nosotros mismos entrega con generosidad comprensible la sangre y la vida por la patria.
Por mi honor militar, como primera virtud del soldado que he respetado sirviendo por más de 33 años de entrega y desprendimiento a nuestra patria, y por el amor y respeto a nuestra institución militar, que por este hecho se ha visto afectada, he solicitado al Gobierno Nacional mi retiro del servicio activo.
Patria, honor, lealtad. Dios en todas nuestras actuaciones. Fe en la causa. Muchas gracias”
Algunas apreciaciones sobre el episodio del secuestro del General Alzate y sus acompañantes:
-Es claro que el alto militar cometió un error grave de estrategia. Error que reconoció y que consistió en haberse trasladado –en zona de alto peligro- sin escolta, desarmado, de civil y sin conocimiento de sus superiores y además sin observar los protocolos de seguridad.
-Ese error puso en riesgo el proceso de paz y significó para el uniformado –que no lo estaba el día del secuestro- el final de una carrera militar, hasta ahora exitosa, de treinta y tres años.
-Entre las explicaciones públicas del General sobre su conducta hay una que preocupa: que para una gestión social un General de la República no podía portar el uniforme “por la natural desconfianza” que genera en la población. Con todo respeto, no estoy de acuerdo. Si ese argumento se acepta, el uniforme del Ejército tendría que retirarse en muchos lugares del territorio, y no debe ser así. Por el contrario, el uniforme que portan los miembros de la Fuerza Pública debe inspirar ante todo confianza en la ciudadanía. Porque debe significar protección, amparo, defensa del territorio, de la población y de la soberanía.
Por otra parte, ya el General, con su retiro se responsabilizó por sus errores, aunque debe explicaciones al Congreso y a la Fiscalía, que lo han citado. Pero no se nos puede olvidar que el General, de todas maneras, es una víctima, fue secuestrado, amarrado y maltratado. No es el único responsable de este vergonzoso episodio.
Haga click acá para ver el video de las explicaciones del General Alzate.