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Sencillamente ridículo resulta el gobierno todo, en cabeza de laureados ministros como el de Agricultura e Interior, afirmando que el paro cafetero esta infiltrado de subversión y de extremas de izquierda y de derecha, intentando vaciarlo de su contenido social.

Pero, además, la acusación de que está infiltrado de política… ¡Aleluya! ¿Qué más tienen que hacer los políticos que ponerse de parte de las masas que los eligen, precisamente para que defiendan sus intereses?

 

Vincular el movimiento cafetero con guerrilla, es un cobarde ardid oficial que le otorga licencia al gobierno para darle solución de fuerza al conflicto a través del Ejército y la Policía, en la medida y forma en que se ha venido desplegando ante las cámaras de televisión en estos días… 

 

Y acusarlo de obedecer a consignas políticas de izquierda y de derecha, al mismo tiempo, es un adefesio que ofende a una clase de empresarios y campesinos que han puesto su grano de café al desarrollo económico y social del país, en sus momentos más críticos. 

 

Las declaraciones de apoyo que han recibido los cafeteros, tanto de la izquierda como de la derecha, lo que debiera decirle al gobierno es que tienen toda la razón, mírese desde donde se mire.

 

Un veterano dirigente empresarial, Fernando Bernal, exgerente de la Andi-Bogotá, en nota enviada a El Satélite, nos hacía caer en cuenta de la gravedad que encierra el trato de guerrilleros y extremistas que el gobierno le está dando al paro cafetero…

 

(…) - ¿Cómo creen que Santos se podrá librar de la acusación ante la OIT, en vista de la actitud persecutoria y violenta que ha asumido respecto de los cafeteros? Los del paro, son trabajadores y empresarios del campo. ¿Entonces, por qué los persiguen con la policía y los ESMAR? La OIT, por su conformación tripartita, defiende por igual a trabajadores y empresarios. Existen demasiadas evidencias documentales del alto grado de violencia que está aplicando en la represión de la protesta social. ¿Será que a la OIT también le resultará indiferente la fuerza contra la protesta social?

 

Y otro empresario criado al calor de la caficultura en el Quindío nos decía que los que están en paro no son el 10 por ciento de los cafeteros que producen el 90 por ciento de la cosecha, sino ese 90 por ciento de campesinos que viven de aportar –saco a saco- el restante 10 por ciento: todos están en la olla, pero estos, en el fondo…

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Fin de folio: Memorias mías: Pasaba por la sala de redacción de El tiempo, un muchachito despidiéndose de nosotros. Acababa de terminar su universidad y ya salía como flamante representante de la Federación Nacional de Cafeteros en Londres, donde concluyó sus estudios. Se llamaba, Juan Manuel Santos, el hombre que hoy persigue a los cafeteros por todos los caminos de Colombia, como Saulo a Cristo en los caminos de Damasco. Santos, Santos: ¿Por qué los persigues?