Parlamento egipcio. Foto: noticia.lainformacion.com

 

Desde Egipto se informa por parte de la Agencia Oficial de Noticias Mena que Mohamed Morsi, nuevo presidente recién posesionado, ha convocado de nuevo al Parlamento con el objeto de que reinicie sus sesiones. Esta decisión, reclamada popularmente y por los Hermanos Musulmanes  desde el momento en que los militares ordenaron la clausura de las cámaras, no se esperaba por cuanto  se suponía que no habría contradicción con el gobierno precedente, y esta orden es completamente  contraria a las que en plena campaña electoral impartió la Junta Militar.

Morsi, el primer presidente elegido libremente en Egipto y también el primer civil, sostiene de todas maneras un pulso político con la Junta Militar que teóricamente le ha entregado el poder.

Recuérdese que en junio los militares  redujeron ostensiblemente el margen de actuación, las competencias y los poderes del presidente entrante. El poder legislativo, dominado hasta entonces por los islamistas, fue precisamente uno de los poderes que quedó en manos del Ejército hasta la celebración de nuevas elecciones legislativas.

La disolución del Parlamento fue consecuencia de un decreto proferido por los militares, que entró a regir el pasado 15 de junio, invocando -como lo explicamos en este medio- una providencia dictada por el Tribunal Constitucional que consideraba inconstitucional al menos la terecra parte de los escaños; los correspondientes a los diputados individuales, no asignados a los partidos.

 

Tres días después del fallo, los militares dictaron un decreto, coincidiendo con el cierre de las urnas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. En ese decreto la junta recortaba los poderes del presidente entrante y asumía, entre otras funciones, la legislativa. Ahora, con la determinación del nuevo presidente, podrá actuar el Parlamento, pero regresa la polémica.