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El 8 de julio de 2010, el entonces arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, elegido Papa Francisco este 13 de marzo, advertía con gran contundencia que, de aprobarse, el proyecto de ley para permitir «el matrimonio» entre personas del mismo sexo, que en ese momento se abría paso en el Senado argentino, podía "herir gravemente a la familia". El Cardenal defendió la institución familiar y con gran contundencia, en una carta dirigida a las religiosas carmelitas de Buenos Aires, manifestó que no se trataba de una simple cuestión política "sino de la pretensión de destruir el plan de Dios, una «'movida' del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios".
El purpurado porteño sostuvo en ese momento que “está en juego la identidad, y la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos. Está en juego la vida de tantos niños que serán discriminados de antemano privándolos de la maduración humana que Dios quiso se diera con un padre y una madre. Está en juego un rechazo frontal a la ley de Dios, grabada además en nuestros corazones”.
“No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”, aseguró el cardenal.
El entonces Monseñor Bergoglio reflexionaba diciendo que “hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan a personas de buena voluntad”.
El cardenal Bergoglio decía recurrir a las religiosas para “pedirles oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los senadores que han de dar su voto. Que no lo hagan movidos por el error o por situaciones de coyuntura sino según lo que la ley natural y la ley de Dios les señala. Pidan por ellos, por sus familias; que el Señor los visite, los fortalezca y consuele. Pidan para que ellos hagan un gran bien a la Patria”.
“El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José, a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: ‘esta guerra no es vuestra sino de Dios’. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios”, concluía Bergoglio.