Entre sus celebraciones, el calendario romano incluía los Idus de Marzo, el 13 o 15 del mes. Un ciego anunció que durante tal celebración iban a asesinar a César. Su esposa Calpurnia, premonitoria, también le advirtió del peligro.
El 15 de marzo del año 44 a. C., dice Plutarco que César celebró: “Los idus de marzo ya han llegado y sigo vivo”, a lo que el invidente replicó compasivo: “Sí, pero aún no han acabado”. Ese día, Julio César fue apuñalado 23 veces hasta morir. Lo que siguió fue otra guerra civil y la desaparición de la República. Desde entonces, los Idus de Marzo, originalmente festividades de alegría por la llegada de la primavera del calendario juliano, se convirtieron en una admonición de desgracia.
Observando el negociado de La Habana, bajo la tutela de los sátrapas Castro, no puede uno menos que pensar si no estamos viviendo la versión tropical del trágico episodio romano y si en vez de la cacareada paz no estaremos abriendo un nuevo capítulo de desgracias para el país. Es tan confuso, tan poco claro el panorama y son tan falaces y tortuosos los bárbaros y sus quintacolumnistas, que nada bueno se puede esperar de semejantes felones.
Así lo piensa más del 95 % de la opinión pública desde hace 15 años, según Gallup, menos los que se sientan a la Mesa de Todos los Santos.
La claudicante ansiedad de paz del gobierno de turno frente a un depredador que destruye países y sociedades (Cuba, Venezuela para citar dos ejemplos cercanos) nos llevará a terrenos muy deleznables. Todo está aún por verse aunque nada está por verse, según palabras del poco confiable presidente, quien cuando la desgracia nos toque, se lavará las manos diciendo como Julio César cuando era apuñalado: “Ista quidem vis est?: “¿Qué clase de violencia es esta, caray?”.
Después de cincuenta años de estupidez, dudo que las farc dejen las armas; creo que balcanizarán el país, política, económica y territorialmente y buscarán establecer, vía Constituyente, una “Democracia Popular” y con certeza que no abandonarán el narcotráfico, su mejor negocio. Todo esto mientras nuestras Fuerzas Militares se debilitan, manejadas al arbitrio de los Santos, quienes desde Cuba anunciarán un cese bilateral al fuego, lo primero que los terroristas pidieron con objetivos obvios.
Para rematar este Idus de Marzo extendido a todo el año, hoy sabremos si la CIJ le da la razón a Nicaragua, refugio y apoyo de las farc, y el sandinismo empieza su zarpazo sobre San Andrés, ante la pasmada dirigencia política, llena de leguleyadas y vacía de patria.
Shakespeare, en Julio César (1599), popularizó aquella admonición que bien se aplica a Colombia en estos momentos: ”!Cuídate de los Idus de Marzo!”.
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N. de la D.
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PUBLICADO EL 17 DE MARZO DE 2016 en www.elcolombiano.com