Ninguna fiscalía en la historia del país ha lastimado tanto la moral, el espíritu de cuerpo y el ánimo de combate de nuestros soldados, como la de Montealegre.
Importó una teoría culpabilista surgida de los juicios de Núremberg contra la jerarquía nazi y la aplicó a rajatabla a los militares colombianos, que ni son nazis, ni manejan el poder. Tal teoría Roxi, convirtió nuestros soldados en un aparato organizado de poder criminal y los encarceló violando principios fundamentales del derecho universal como el debido proceso, el derecho constitucional al juez natural, la presunción de inocencia, la prueba sustentada, el dolo o culpabilidad demostrado, la responsabilidad de los autores directos, la irretroactividad y la favorabilidad, entre otros. Creó una Unidad de Análisis y Contexto, al estilo del Comité de Salud Publica jacobino, que se encargó de buscar con argumentos recompuestos a los “máximos responsables” y decapitar la Institución castrense, facilitando a los terroristas su objetivo de convertir nuestras fuerzas militares en una dócil guardia pretoriana a la que, después de asesinar y encarcelar, obligarán a cuidarlos.
Metodología efectiva del socialismo del siglo 21. Mírese a Venezuela. Arrogante frente a soldados confundidos, Montrealegre anunció triunfalista que tenía más de mil investigaciones contra militares y altos mandos, bajo la observancia del juez español Garzón, judicializado en su propio país. Y las farc aplaudían desde Cuba, mientras nuestras Fuerzas Militares perdían el ánimo y rumiaban desengaño: “somos investigados y juzgados por nuestro enemigo”, aún dicen.
Descabezar la Institución fundamental de la Defensa y Seguridad del Estado, amedrentar a sus combatientes considerándolos homicidas potenciales por haber adelantado cursos de combate, ofrecer beneficios a delincuentes uniformados a condición de que involucraran a sus comandantes en una ruleta de falsos testigos y una campaña constante de desprestigio por los medios, concluyó con quince mil hombres fuera de combate, encartados y unos tres mil encarcelados. Ese es el legado del exfiscal Montealegre en contra de los soldados de Colombia, la institución más apreciada por la opinión pública nacional. A regañadientes prometió corregir algunos adefesios, pero se fue sin cumplir.
Ojala el nuevo Fiscal corrija este desastroso escenario, pues no se avizoran horizontes fáciles y los bárbaros, transformados por arte de la Fiscalía en “combatientes”, vocean victoria –hasta estrofa tendrían en el himno nacional- con refortalecidas estructuras terroristas en armas (eln) y con control territorial, político y económico en áreas críticas del país.
Cuando futuros gobiernos vuelvan a llamar al Ejército constitucional para recobrar la integridad territorial y restablecer el imperio de ley, ojalá no encuentren una tropa de papel, de desfiles, burocrática, miliciana, enfrentando un enemigo narcoterrorista exitoso, gracias a Montealegre y sus aviesas teorías arias de la culpabilidad universal de los militares.
* Miembro de Acore
Antioquia