El lanzamiento de diálogos con el eln, el otro grupo narcoterrorista colombiano, nos pilla a los cuatro pelagatos ignorantes que dijimos NO aún pávidos frente a la orden de su majestadHarald V de Noruega de consolidar gestiones para amarrar sus intereses geopolíticos en esta república suramericana poseedora de grandes reservas de gas y petróleo, además de una gran producción de bananas.
Fundado por Fidel Castro en los sesentas, bendecido por la Teología de la Liberación, dirigido por curas españoles y cobijado por el chavismo en territorio venezolano, el eln entra ahora a otro acto de prestidigitación por “la paz”, así, en genérico. Alias Pablo Beltrán llevará la voz cantante del grupo frente a otros cabecillas “más complicados”, según explica un obispo a una opinión confundida que no acaba de digerir cómo, ante el fracaso de La Habana en el Plebiscito, los responsables siguen como si nada, a pesar de sus enfáticas declaraciones y promesas, en una clara demostración del enanismo moral de nuestra actual dirigencia política e institucional.
La avanzada del eln infiltrada en la academia y en los medios de propaganda del Estado, iniciará ahora una campaña publicitaria para convencernos de la bondad de las negociaciones en Ecuador, otro país neocomunista, con promesas de participación de una sociedad que los elenos entienden “su” sociedad al mejor estilo marxista-leninista, ajena a la real y acosada sociedad actual.
Alistémonos entonces para una nueva andanada de relativización ética, moral y judicial y para la manipulación amañada de conceptos, simbolismos y palabras, con la urgencia política de distraernos del fiasco plebiscitario y con la expectativa de iniciar negociaciones con las bacrim.
Mientras se suceden todas estas carambolas políticas para lograr “la paz”, el narcotráfico sigue creciendo, la demanda aumentando en Europa y Asia y el gobierno continúa indiferente frente a este problema que es la esencia de la inseguridad en las áreas urbanas, en donde reside el 80 % de los que votan y deciden.
De cara a la realidad de ser el primer productor de cocaína, el 80 % de cuyas ganancias se queda en Estados Unidos y Europa, según las Naciones Unidas, la comunidad internacional tan generosa con los narcoasesinos y secuestradores de las farc, no dice nada. Y su majestad Harald V guarda silencio, pues su Reino es el segundo en Europa con la mayor cantidad de muertos por sobredosis.
Vamos pues, de sospecha en sospecha, del descreimiento a la apatía, de anuncios malolientes a la náusea que producen la publicidad engañosa y los personajes ficticios que pretenden, muy cariserios, refundar el Estado sobre injusticia e inseguridad. Estado que ha venido claudicando convirtiéndonos en un circo o lo que es peor, en una sociedad intervenida por intereses políticos y económicos ajenos.
* Miembro de Acore
Antioquia