La defensa del abogado y caudillo se basó en el Honor Militar, en una secuencia argumentativa que hilaba que una cosa es la legítima defensa personal y otra la legítima defensa del Honor. Siendo la legítima defensa del Honor lo más importante, esta entidad jurídica adquiere una dimensión particular y única en los militares, debido a la naturaleza de su función, su disciplina, su personalidad castrense. “El militar queda deshonrado donde no queda deshonrado el civil” dijo el penalista en su alegato. “De ahí que sintamos desprecio por un militar de quien nos digan que es cobarde…”, remató. La pieza forense de Gaitán relieva la institucionalidad y enfatiza el papel armado, protector y honorífico del Ejército Nacional y sus miembros, ya que “No se le puede exigir al soldado vilipendiado y ofendido que vuelva al cuartel a justificar su cobardía…”.
Qué lejos ese concepto elevado de la función social del militar frente a lo que hoy en día se ve: cuadros equipados con tecnología, moderna pero intimidados y obligados a abandonar su misión en alguna parte del territorio nacional por un alborotador que argumenta leyes internacionales; pelotones completos expelidos en andas por turbas armadas de garrotes y vociferantes de lemas de cuño comunista; soldados armados y equipados, acobardados frente a la agresión de un palurdo con machete.
Hoy, desde el retiro, repaso los conceptos del Caudillo y se me antoja que al Honor Militar lo han transformado en una actitud de “patriótica” enajenación en coyunturas políticas como la del negociado de La Habana, rechazado por la mayoría del soberano. Este gobierno revolcó la Constitución varias veces. Una Corte connivente aprobó tales maromas con el engrupidor argumento de la paz, paz que nunca llegó. ¿Y las FFMM? Planeando enviar soldados al Congo, zarpando buques a Yemen y aspirando a ser parte de la OTAN, mientras crecen en burocracia jerárquica con bases desmotivadas. Plato servido para los enemigos de la democracia y horizonte nada promisorio para el desorden público que se avizora
John Marulanda