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Del escenario de Seguridad Estratégica que recibe la entrante administración, cuatro aspectos llaman la atención.
Venezuela. En febrero de este año y el 15 de junio pasado, desplazó a la base de Santo Domingo, del fronterizo estado Táchira, escuadrillas de aviones rusos y chinos de combate, junto con baterías de misiles rusos antiaéreos Pechora. En marzo, realizó el Ejercicio de Defensa Activa Multidimensional “Independencia 2018”, porque dizque en esos días jurarían bandera en Pamplona 150 jóvenes venezolanos reclutados y pagados por agentes imperialistas para generar violencia en Venezuela (?). “Tenemos las pruebas…", gritó Maduro. Para tantear al nuevo gobierno, estas bufonadas militaristas del angustiado régimen chavista, pueden llevar a una escaramuza en la frontera por donde sale casi el 40% de la cocaína que producimos, el narcoterrorista eln está fortalecido con campamentos en Apure y el epl ha resucitado en Catatumbo.
Nicaragua. Ha entrado en un nuevo ciclo de violencia política que dificultará sus aspiraciones territoriales sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia. Nuestra Armada condujo con el país de Ortega el ejercicio naval Alniltag, buscando frenar el narcotráfico marítimo, disparado por estas calendas, mientras Bogotá responde en la CIJ a las nuevas demandas sandinistas. La permanencia de tropas rusas en Puerto Sandino, la instalación de una base satelital anunciada por Putin y la próxima llegada de corbetas misileras rusas, requerirán cercana observación.
Cuba. Ladinamente, sigue actuando en Colombia a través de una vasta red de agentes del G2, que pulsan las cuerdas entre Venezuela, Nicaragua, Rusia, China y Hezbola. Como con las farc, la Habana logrará por intermedio del eln, penetrar altas instancias del nuevo gobierno para el logro de sus propósitos continentales. Cualquier oleada terrorista urbana que se pueda presentar, será planeada desde la isla por el ensotanado Coce.
Sin embargo, la principal dinámica geopolítica que deberá enfrentar el nuevo gobierno es el Narcotráfico. A Trump, que abandonó la Unesco, el Consejo de Derechos Humanos de las ONU, el Cambio climático de París, el acuerdo nuclear con Irán, la Alianza Pacifica y renegocio el Nafta, dudo que le tiemble la mano para descertificar a Colombia, después de haber invertido millones de dólares sin ningún resultado. Cualquier medida seria y de choque para contener este problema en el país, generará un rebrote de violencia. Debemos estar preparados.
