Opinión: LA SINSALIDA ELENA. Por John Marulanda Destacado

08 Oct 2018
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¿Qué hacemos con la gerontocracia elena? Su sensatez política, si alguna vez la tuvieron, y su credibilidad, están totalmente agotadas. Da pena verlos clamando a sectores obreros, estudiantiles, etc…., los mismos cuya vocería dizque asumieron hace 58 años, sin haber logrado hasta hoy ninguna representatividad.


Escasamente se oyen por ahí las voces anémicas de algunos prelados y los tímidos reclamos de sus quintacolumnistas académicos y jurídicos, que naufragan tratando de explicar por qué la Teología de la Liberación prohíja, acepta o guarda silencio frente al secuestro, el asesinato, las voladuras de oleoductos y el narcotráfico.


Los expulsaron de Ecuador por mentirosos. El gobierno acaba de quitarle la licencia a su alcahueta Venezuela y en Cuba, su amparo natural, no saben qué hacer con ellos. En el cuento quedaron Camilo, Laín y Pérez, Tlaxcala, Maguncia y Caracas. Sus toures europeos a cargo de la jerarquía eclesiástica alemana, animada por el ahora encarcelado Werner Mauss, solo generaron esperanza, desencanto, cansancio y fastidio.


Porque a pesar de sus llamados a la paz y el entendimiento, siguen cometiendo todo tipo de fechorías. En Arauca, dinamitan el Caño Limón-Coveñas; en Catatumbo, secuestran y asesinan campesinos; en Chocó someten a punto de fusil comunidades aisladas y empobrecidas; en Nariño y Cauca, narcotrafican en alianza con las farc, el epl, los carteles del Golfo, de Sinaloa, de Jalisco y otros.


Acertada la posición de Bogotá, de no dialogar con estos narcoterroristas, a menos que dejen de gambetear con la paz en medio de tropelías. Y si para doblegar la voluntad de este gobierno, deciden realizar atentados en ciudades con sus células urbanas, como el ERP, solo lograrán un mayor rechazo ciudadano, odio, como a las farc, y exponerse a que les liquiden definitivamente su franquicia. Ojalá entiendan y se avengan a las propuestas del gobierno, que más que una firme posición de Duque expuesta en concentración de reservistas en Medellín, es un clamor nacional.


El eln es ahora un fantasma que arrastra las cadenas de su ignominia histórica. Sus rancios cabecillas, hoy con circular roja de Interpol, suplican atención mientras sus sicarios naufragan en el narcotráfico. Atrás quedaron los ideales revolucionarios castristas y la proclama de Simacota en 1965. Adelante solo queda el olvido de un capítulo nauseabundo de nuestra infra-historia nacional.

 


JOHN MARULANDA

John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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