Opinión: Inteligencia de Estado: del Pino al Guacho. Jhon Marulanda Destacado

28 Dic 2018
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En inteligencia estratégica pareciera que estamos recobrando nuestras capacidades, de proverbial debilidad como bien lo reseña José Alvear Sanín y reducida al mínimo por Santos. Un libanés contacto de Isis (Ahmed Burham) y un venezolano al servicio del Sebin (Manuel Pino) son los últimos resultados conocidos.

 

 

Nos falta tocar a Cuba. Sus voceros tienen cuasi rango ministerial en la Comisión de Verificación y Seguimiento a los acuerdos habaneros, a pesar que el castrismo en 1964 nos envió el eln, en 1981 auspició una invasión de terroristas del M-19 por el Pacifico y continúa entrenando explosivistas como los de atentado del Andino en el 2017. La dictadura caribeña, maneja una nómina diplomática cargada de agentes del G2 quienes, coordinadamente con los del Sebin, operan en todo el país. Y próximamente nos enviará una oleada de enfermeros graduados de médicos, promotores del socialismo del siglo 21. Ojalá Nicaragua, un potencial rival apoyado por los rusos, no nos vaya a sorprender. Mientras tanto, en inteligencia táctica, tanto humana como técnica, seguimos por buen camino.

Ahí está lo de Guacho, un asesino con fusil, dólares y moral revolucionaria cuya baja no afecta mucho la estructura del Crimen Organizado Internacional. Ya se conoce su relevo y la cocaína seguirá saliendo mayormente por la Costa Pacífica, de manera particular por la frontera colombo ecuatoriana, con otros actores iguales o peores que el fementido marxista leninista. Su neutralización es un tropiezo importante, aunque no crítico, para el nuevo bloque sur fariano, que encabeza Gentil Duarte.

El paisa, john 40, cadete, mordisco, Iván Márquez, continuarán con este proyecto, embilletados con la minería ilegal en las fronteras con Venezuela y Brasil y con el narcotráfico en los territorios que, por force majeur, abandonó Guacho. Esos, son los próximos objetivos de nuestros francotiradores, de nuestros pilotos y esa será la ruta para contener el desborde de un nuevo ciclo de violencia criminal que asoma desde la esencia misma de los acuerdos santistas, bendecidos por Caracas, guiados por La Habana y financiados por la izquierda europea.

Pino y Guacho, son otra evidencia de la combinación de todas las formas de lucha, que las farc están ejerciendo sin cesar desde 1963, estrategia a la cual les es imposible renunciar pues está en el adn de su doctrina comunista.

 

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John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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