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En una estructura militar formal, los Coroneles y los Capitanes concretan la acción decisiva. Venezuela no es la excepción. Todos miran a Padrino, pero él no quita los ojos de los Coroneles Comandantes de Unidades Especiales (Brigada 42 paracaidista, Brigada de Caribes, Batallón 509 de FFEE, Unidades de tanques, helicópteros y aviones de combate, entre otras), sobre los cuales la inteligencia militar (DICIM), controlada por el G2 cubano, mantiene estrecha vigilancia.  El movimiento de un Escuadrón de Tanques ahora, sería determinante.

Maduro advirtió desde la 41 Brigada Blindada en Fuerte Paramacay, Carabobo, “los ejercicios militares más importantes de la historia”. Proclama simbólica: en agosto del 2017, el Capitán Caguaripano asaltó ese mismo Fuerte recuperando más de 100 fusiles y los tanques rusos T-72 allí parqueados, se proyectan amenazantes al interior del país, no apuntan hacia la frontera colombiana.

Pero, frente a un posible “levantamiento” constitucionalista de alguno o varios Coroneles, y una inclinación militar hacia Guaidó, dos estructuras ensombrecerían el panorama: los “colectivos”, bandas paramilitares delincuenciales sin control y las Milicias bolivarianas, un millón 600 mil civiles, según Maduro, mal entrenados, mal equipados, mal comandados y mediocremente ideologizados, carne de cañón para una guerra popular prolongada.

A esto, se sumarían el eln y las farc peleando en las fronteras con los militares venezolanos “constitucionalistas” por un lado y con los soldados colombianos o brasileños por el otro.  Esto sin contar el Crimen Organizado Internacional, muy interesado en mantener esta fenomenal plataforma de narcotráfico.

Es un escenario harto complicado que reúne todas las condiciones de las llamadas guerras híbrida o de cuarta generación: mercenarios al servicio del Kremlin (Wagner Group), grupos armados irregulares (eln y farc), células terroristas internacionales (hezbolá), narcomafias, corrupción, ciberguerra operada por Cuba y Rusia, hambre, enfermedad, inseguridad, desplazamiento masivo y presencia de veteranos en este tipo de guerra (Elliot Adams). Vale la pena releer a Mary Kaldor.

US avanza en su estrategia de alimentar la fractura del aparato militar chavista ejerciendo presión psicológica con insistentes declaraciones de “todas las opciones sobre la mesa”, mensajes “al descuido” (Bolton) y visitas inquietantes (Gral Stammer), mientras desbarata su logística asfixiando a Pdvsa.

Y si no hay una negociación, ojalá el Coronelato actúe a tiempo y de un tajo, por el bien de todos.

JOHN MARULANDA

Tomado de: Periódico Debate