Mientras Evo agarra su cuarta reelección, la Cristina aspira a ser vicepresidenta de la desbarajustada Argentina, Correa se ofrece como vicepresidente “necesario” en el incendiado Ecuador y Maduro con el dinero del narcotráfico y la minería ilegal, del Crimen Organizado Transnacional, exporta células de choque callejero que generan inestabilidad y anarquía.
Las Guardias campesinas impuestas por el acuerdo habanero, son las mismas que, escudo en mano, enfrentan a la policía ecuatoriana. Los cohetes que disparan los revoltosos en Quito, son los mismo que lanzaron en Cali en marzo de este año. La destrucción del centro de Quito, el sabotaje petrolero en Sucumbíos y Orellana y la presencia de agitadores venezolanos y cubanos, es parte de esta contraofensiva continental comunista, que pretende retomar el poder que perdió por incapacidad y ladronismo.
El eventual regreso de Correa y su tinglado de narcocorrupción que involucró ministros, asambleístas, magistrados, jueces, notarios, generales, coroneles, alcaldes, prefectos, periodistas, empresarios, docentes, petroleros, chinos, cubanos, venezolanos, es una alerta urgente para el futuro inmediato de la seguridad nacional de Colombia. Con el regreso de la banda correísta, se re instalarían campamentos farceln en la frontera de Carchi, Sucumbíos y Orellana y se rehabilitarían staff houses como la ubicada en el E4-259, de Tarqui con avenida Colombia, en la capital ecuatoriana, consolidando la tenaza Venezuela-Ecuador, apoyada por Cuba, Nicaragua, Bolivia y la izquierda internacional y por las farc, que aplauden la turbamulta ecuatoriana, a coro con jóvenes migrantes venezolanos que envían saludos desde Bogotá. a los indígenas revoltosos.
Uribe, audazmente, descompuso la trama correísta-fariana con la baja de alias Raúl Reyes en 1989. En la actual y evidente maquinación, la ruptura de relaciones con Cuba desbarataría el complot que avanza entre Castro, Maduro y Correa para desestabilizar a Colombia vía Ecuador. Entretanto los quiteños limpian laboriosamente el desastre, en el aire flota la sospecha de venideras intentonas en Bogotá próximamente y en Quito no muy lejos. A pesar de los EEUU, Brasil, la OEA, el Grupo de Lima, este embrollo se está convirtiendo en un Nudo Gordiano que hay que deshacer pronto, so pena de llorar más tarde, como llora Venezuela.
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