Aforismo que se explica por sí mismo. Cuando la contundencia de los hechos se manifiesta por si sola, nada se puede agregar. Simplemente “eso es así y punto”.
Lo contundente, palabra empleada como adjetivo, es lo evidente o tan convincente que no admite discusión. Es lo que produce gran impresión en el ánimo. Los hechos por si solos, son contundentes.
Frente a este aforismo, podríamos agregar que se predica de aquel hecho que por sí solo convence y lleva en sí mismo el argumento, la razón y la prueba.
¿Qué sentido tiene argumentar acerca de una persona -que vemos muerta-, si realmente está muerta o no lo está? Claramente todo argumento a ese respecto es inútil. Cosa diferente es debatir, investigar, argumentar o afirmar la causa que generó el deceso de esa persona.
Así pues en el mundo de los hechos, no hay argumento que valga, ellos se bastan por sí mismos. Los argumentos se hacen valer y sentir, en el mundo de las explicaciones.