Mientras Moscú, en contubernio con Nicaragua, Cuba y Venezuela, podría mortificar a US en su periferia con una turbulencia fronteriza colombo-nicaragüense, Beijing ya está establecida en la región con ánimo de dominio. Entretanto construye una gigantesca red de ferrocarriles y carreteras en Eurasia, China desarrolla simultáneamente un acelerado plan estratégico de poder militar marítimo con una flota de portaviones y de submarinos nucleares ultramodernos, que retará la hegemonía norteamericana en los mares y pasos claves del mundo, como el estrecho de Malaca, por donde transita más del 80 % del crudo que importa.
Hace pocos días las dos potencias se gruñeron mutuamente en el mar del sur de China que Beijing reclama como suyo y Washington considera de aguas internacionales. Con su nueva doctrina militar de “Defensa Activa”, China garantizará la seguridad de sus activos, inversiones e intereses nacionales en cualquier parte del mundo: suministró armas al inestable gobierno de Sudán del Sur, en donde tiene inversiones petroleras.
Sin aspavientos, la potencia asiática, luego de aposentarse en el Sudeste Asiático y África, ahora es el principal cliente y acreedor de Latinoamérica. Compra casi todo el cobre de Chile y Perú, la soya de Argentina, el acero de Brasil, el petróleo de Venezuela; financia los gobiernos de Ecuador y Bolivia; sus inversiones en el subcontinente superan las del Banco Mundial y el BID juntos; anuncia que invertirá hasta 250 mil millones de dólares en la región y sus variaciones financieras afectan decisivamente la economía latinoamericana, en particular las de Venezuela, Brasil y Argentina. Avanza en nuestra región comprando materias primas y tierras, vendiendo aviones y satélites, construyendo vías y centrales eléctricas y endeudando a países cuyos envanecidos caudillos rechazan la relación geográficamente natural con Estados Unidos para caer en las manos del imperialismo exógeno chino, el cual tiene dos ambiciosos proyectos de valor geoestratégico global: el canal transoceánico de Nicaragua, que alterará el comercio mundial y un tren transcontinental desde Acu, Brasil, hasta Ilo en Perú. En Colombia, por ahora, van a construir una carretera en el Vichada mientras planean otra al frente, en la Orinoquia venezolana.
El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), recientemente firmado, al que no se apuntó Colombia, sería una estrategia norteamericana para limarle los colmillos a China, contra la cual, dicen analistas del Times, Estados Unidos se enfrentaría en la tercera guerra mundial, de carácter aeronaval, en el Pacífico.
Las farc, avaladas por Cuba, Venezuela y Ecuador, con el dinero del narcotráfico y con sus armas a mano -ya vieron que no pueden por votos- planean el zarpazo al poder en Colombia en medio de la laxitud geopolítica de US, las ambiciones rusas, el expansionismo chino y el avance de la narcopolítica marxista-leninista. ¿Estamos preparados para ese escenario?
Publicado el 29 de Octubre de 2015 en www.elcolombiano.com
