Opinión: COLOMBIA, CELAC Y FSP. Por John Marulanda Destacado

04 Feb 2016
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El Encuentro de las izquierdas antiimperialistas latinoamericanas fue el huevo del Foro de Sao Paulo, empollado en 1990 por Lulla, actualmente respondiendo por lavado de dineros en un juzgado de su país y Fidel, momia emblemática de alzhéimer político latinoamericano.
 
Tal FSP, con los fondos petroleros de Chávez, parió varios engendros que hoy, como la memoria del Comandante Eterno, se caen a pedazos: el Alba, Unasur, Petrocaribe y la Celac, esta última una organización sin estructura, sede, ni contenido político útil, mucho menos ahora que se agotó el dinero del pueblo venezolano para sostener tales caprichos bolivarianos. Otros antojos fueron peores: el Ministerio de la Felicidad en Venezuela y el del Buen Vivir en Ecuador. Todo esto sería un relato para reír llorando, si no fuera porque la Celac dizque va a nombrar los observadores políticos para los anunciados, pero aún llenos de dudas y sospechas, concentración, entrega de armas y cese bilateral de fuego entre los terroristas de las farc, próximos colaboradores de la DEA, según Santos, y las Fuerzas Armadas constitucionales de Colombia.
 
La cuarta conferencia de la Celac pasó sin pena ni gloria, con la asistencia de 11 de los 33 mandatarios miembros y con 22 declaraciones blablá: anti norteamericanismo, destrucción de la OEA, embargo cubano, Malvinas, los pobres, el capitalismo, la misma cháchara que hemos oído desde los 60 y que, a quienes la han creído, no les ha traído sino miseria y violencia. Miren a Venezuela. El presidente Macri no asistió a esa comedia izquierdista y ahora busca, inteligentemente, vincularse a la Alianza del Pacífico para cambiar el desastroso rumbo kirchnerista de su país.
 
Pero mientras Argentina abandona y Brasil se muestra escéptico sobre el futuro de las reuniones buenas para nada de ese “parche” del socialismo del siglo XXI, Colombia entrará en la esfera de influencia del FSP en donde las farc han tenido papel protagónico. Los tales observadores de la Celac muy probablemente serán agentes del fallido marxismo-leninismo con una tarea clara: desprestigiar nuestra Fuerza Pública, cuidar las armas y proteger el avance político de los retardatarios y estalinianos farianos.
 
Primer productor de cocaína del mundo, con altos índices de corrupción, una clase política deleznable y una sociedad distraída, el país ofrece a los maquiavélicos del FSP la oportunidad de promover en la Colombia rural un régimen “democrático”, justo ahora que la estrategia de populismo neo-autoritario ha mostrado su verdadera intención: creación de una nomenclatura ladrona, desinstitucionalización del país y miseria y hambre para el pueblo.
 
Gracias a la endeblez del Gobierno colombiano de turno, la Celac, agónica, recibirá un pulmón artificial de supervivencia, que permitirá que continúe reptando la amenaza terrible que representa el malhadado Foro de Sao Paulo.
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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