Para Latinoamérica, Trump ha esbozado tres grandes temas: inmigración ilegal, narcotráfico, TPP y, por supuesto, la revaluación de la política buenona de Obama frente a Cuba y Venezuela. Ha designado como director del Homeland Security Department (Seguridad Nacional), a un conocedor de la situación latinoamericana y colombiana en particular, el General de los Marines John Kelly, ex jefe del Comando Sur, quien manifestó al Congreso de US sus preocupaciones por la vinculación entre narcotraficantes y extremistas islámicos, amenaza seria contra la seguridad del imperio. Colombia, uno de los países más corrupto del mundo, según el Índice Global de Impunidad 2015 y clasificado como de Riesgo Extremo en el Índice Global de Criminalidad 2016 de Verisk Maplecroft, es el responsable del mayor incremento en una década del trasiego de cocaína en las calles de US, de acuerdo al último informe de la DEA.
Además, contactos entre las farc y el extremismo islámico han sido documentados y dentro de poco Colombia será oficialmente un narcoestado gracias a la conexidad, negociada en Cuba, entre el delito político y el narcotráfico.
Naturalmente, el General Kelly recomendará a Trump lo conducente para garantizar la seguridad de Norteamérica y Colombia estará en la mira. ¿Reducir los cultivos con fumigación aérea? ¿Extraditar a los cabecillas narcoterroristas? ¿Mayor presencia militar en el país, oteando de paso a Venezuela? ¿Apoyar a la mayoría de colombianos organizados que le dijeron NO a un negociado leonino? El gobierno de Santos, con crisis económica encima y el sol a las espaldas, inventará otra artimaña. ¿Suspensión de elecciones y continuidad en el poder, por ejemplo?
Los mafiosos farianos, quienes con el remanido cuento de la paz están saboreando el asalto final al poder para desgraciarnos a todos, como en Venezuela o en Cuba, tendrán que enfrentar esta realidad geopolítica continental, en donde la precaria seguridad en impunidad regalada por el gobierno de turno, se puede romper en cualquier momento. Por eso, la “expulsión” de cinco veteranos cabecillas de la nomenclatura estaliniana lleva a pensar en una estratagema de supervivencia cuando el gobierno norteamericano imponga su criterio y los lleve a su justicia, pues la colonial europea ya los absolvió y la de acá no pudo juzgarlos. Recordemos que US es un Sistema con Presidente, a diferencia de estas Banana Republic, en donde imperan los presidentes con un sistema, bendecidos desde Roma. Aquí, el presidente del país mayor productor de cocaína negoció con las farc, uno de los pincipales carteles mundiales de la droga y desde el 2 de octubre entrambos nos violan –dijimos que NO- mientras tratan de aquietarnos para dirigirnos al prometido paraíso comunista del socialismo chavista. Solo nos queda la protesta, legítima y legal.
De narcotráfico hablamos, en Kelly confiamos.