Opinión: ASUNTO DE DIGNIDAD. Por John Marulanda Destacado

30 Mar 2017
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Es evidente que el país no se encuentra en ningún posconflicto, como lo atestiguan la masacre del Chocó que el gobierno de turno endilgó a bandas de narcos, olvidando aclarar que son narcos del eln; los repetidos asesinatos de policías y soldados en Arauca, Catatumbo y otras regiones del país, a cargo del mismo eln que tanto fascina a prelados y curas; las bombas en Bogotá; las repetidas voladuras del oleoducto Caño Limón-Coveñas; el secuestro de funcionarios, empleados y particulares por cuenta de hatajos narcotraficantes, dice el Gobierno, desechando que tales son del epl, organización marxista leninista maoísta extinguida pero resucitada y en crecimiento, gracias a la estúpida concesión a las farc de suspender la fumigación aérea de cultivos ilegales.

Para el CICR es “prematuro hablar de una etapa de posconflicto en Colombia” y el General McCaffrey lo advierte: “lo que está pasando con los cultivos (...) amenaza con descarrilar ese progreso”.

Que es poco progreso, pues las estadísticas de homicidios siguen al nivel de 1986, con un promedio de 29 asesinatos por día, según Medicina Legal.

A lo anterior, agréguense tres factores cruciales que pueden sumirnos en un nuevo ciclo de cruda violencia: la descarada corrupción rampante que deslegitima la gobernanza actual; el debilitamiento logístico y moral de nuestras Fuerzas Militares junto con la falta de carácter de algunos de sus mandos y el desbarajuste de Venezuela que invita a provocaciones guerreristas como se vio hace pocos días.

No queda sino manifestar nuestra preocupación, protestar y demostrar el desencanto con un gobernante que prometió una cosa e hizo lo contrario, que está entregando resortes claves del poder a una organización narcoterrorista, cuyos cabecillas ahora impostan de moralistas y sonríen como payasos de circo malo, sabiéndose protegidos por la maquinaria izquierdista de jueces extranjeros, Cuba, Venezuela y una ignota Noruega asesina de ballenas.

Hoy en día, ¿Quién le cree a Santos? ¿A De la Calle-Jaramillo y Cía. Ltda.? ¿A los congresistas? ¿A las farc y a Cristo? ¿A quién, realmente, motiva la visita papal? ¿A quién, pero a quién, impresiona un premio Nobel de paz?

Por eso, debemos salir todos a la calle este primero de abril, independientemente de gustos, tendencias, membresías o llamados partidistas. Esta protesta, maliciosamente menospreciada por los medios gobiernistas, debe ser el rechazo de los colombianos a los cínicos narcoterroristas de las farc y a un mandatario sin sentido de Dignidad Patria.

Sigue siendo mayoría ciudadana la que dijo NO y los entreguistas y los bárbaros tendrán que respetar ese sentimiento general de animadversión y repugnancia. Una minoría que no renuncia a la combinación de los métodos de lucha, no nos puede someter a sus chavistas designios venezolanizantes con la complicidad del mal gobierno santista

 

Modificado por última vez en Jueves, 30 Marzo 2017 16:06
John Marulanda

Consultor Internacional en Seguridad y Defensa

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