El Jefe de Estado de la mayor potencia ha anunciado que los Estados Unidos se retira del Acuerdo Nuclear celebrado en 2015 por varios países -Francia, Alemania, Reino Unido, Rusia y China, y el ex presidente Barack Obama, a nombre del Estado norteamericano- con Irán, cuyo propósito esencial consiste en preservar la paz en materia nuclear, evitando, durante un decenio, cuando menos, el acceso de Irán a la bomba atómica y a los ensayos nucleares, y, como contrapartida, levantar las sanciones económicas que todos esos países habían impuesto al régimen iraní.
En su intervención pública, que ha generado polémica en todas partes y una gran desazón internacional, Trump ha anunciado la expedición inmediata de un decreto para romper el acuerdo internacional y reanudar las sanciones económicas de parte de los Estados Unidos contra Irán.
Ya hay -y con razón- una ola de críticas internas y externas. No se han hecho esperar las reacciones de varios países contra la inconsulta determinación norteamericana, y en especial ella ha causado la natural molestia en los países de la Unión Europea y, por supuesto, del gobierno de Teherán. El presidente de Irán, Hassan Rouhani, declaró que seguirá comprometido con el Acuerdo Multilateral, pese a la decisión norteamericana, si se cumplen las metas de aquél con otros países distintos de los Estados Unidos, pero aseguró su malestar porque los Estados Unidos hayan socavado oficialmente un Tratado Internacional.
Los otros firmantes del Pacto expresan igualmente su voluntad de continuar cumpliendo los términos del mismo, y, a la vez que descalifican la posición de Trump, declaran no tener la menor intención de abandonar el convenio, que preserva la paz.
En lo interno, el partido demócrata, algunos republicanos y la opinión pública se oponen a la decisión del presidente, que además tendrá efectos económicos negativos. Barack Obama, por su parte, ha roto su silencio para señalar que se trata de una grave equivocación, pues el Acuerdo estaba funcionando, y el ex secretario de Estado John Kerry, quien negoció en su momento el Convenio, manifestó de manera contundente: este anuncio "fragiliza nuestra seguridad; rompe la palabra de Estados Unidos; aísla a nuestros aliados europeos; pone a Israel en mayor riesgo; da poder a la 'línea dura' iraní (...) y debilita la capacidad del gobierno de hacer acuerdos internacionales".
Estamos, pues, en un momento altamente delicado en cuanto a la búsqueda de un clima pacífico en el mundo. Parece haberse tranquilizado el líder de Corea del Norte Kim Jong Um, pero la absurda y peligrosa decisión unilateral de Trump respecto a Irán y al Pacto genera justificada preocupación en la comunidad internacional, y tendrá sin duda efectos muy complicados.
