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Comentábamos hace poco el desplazamiento de aviones de combate rusos y chinos, misiles antiaéreos rusos y aprestos logísticos al Táchira.
Ahora se agrega: la llegada de pilotos rusos desde Siria para “intercambiar experiencias” de combate con los pilotos venezolanos, los pocos que quedan; los berridos de Maduro a sus militares para subir la guardia “en toda la frontera colombo-venezolana", y a los militares colombianos a no prestarse a ninguna “marramuncia”; Trump indagando sobre la opción militar en Venezuela; el constituyente chavista Pedro Carreño enumerando las posibles acciones de la FAV, ante un hipotético ataque colombiano y la dramática crisis humanitaria generadora de gran inestabilidad limítrofe.
Los planes estratégicos militares chavistas presupuestan una “Ofensiva” inicial desde Colombia, mientras Bogotá siempre ha previsto y prevé una actitud Defensiva frente a Caracas. Pero un pequeño incidente en la frontera puede disparar operaciones en profundidad del país “Rojo”, con tanques T72 rusos avanzando en la línea Paraguachón-Riohacha, bombardeos a puntos críticos de la infraestructura del país “Azul” y desembarco de tropa en las costas Guajiras. Eso se sabe desde hace tiempo y no es novedad lo que dice Carreño.
Lo nuevo, es la perturbación que se siente al interior de la FANB y las cuatro intentonas que el madurismo dice haber conjurado. Hay inconformidad, hambre, deserción y desmoralización en las tropas bajo un Mando corrupto y politizado. A este punto, Venezuela tiene con qué, pero no con quién, lo que abre la posibilidad mercenaria rusa, cubana, nicaragüense e iraní. Geopolíticamente, Rusia y China podrían acicatear alguna acción que obligue a Trump a usar su opción militar y generar un serio problema de seguridad continental.
Además, el petróleo ha sido el principal origen de todas las guerras del siglo pasado y gran parte de los actuales conflictos. Y Venezuela tiene las mayores reservas petroleras del mundo. Otra provocación militar venezolana, como la de Arauquita hace un año es previsible, y la respuesta de nuestro nuevo gobierno, que no acepta enviar un embajador a la tiranía, marcará el rumbo en las relaciones binacionales y la seguridad regional.
Hoy que los contertulios de Cuba, Venezuela y Nicaragua, se apoderan de los archivos de nuestra inteligencia militar, base de la Defensa Nacional, la vulnerabilidad del país frente a sus potenciales amenazas es crítica.