Al parecer asistimos de nuevo a una tragedia ocasionada por la mano del hombre y no por la furia de las aguas; en una visita de vigilancia a la parte alta, la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), encontró unos jagüeyes o lagos artificiales llenos, a punto de rebosar, aparentemente de propiedad del ganadero Roberto Valenzuela, y evidenció la desviación de una quebrada, todo ello, sin contar con los permisos de las autoridades ambientales del municipio.
En nombre del alma feliz, como indican quienes conocían al niño Johan Sneyder, hacemos un llamado a la Corporación Autónoma Regional de Santander y al Ministerio de Ambiente, a la Personería Municipal de San Gil, a la Procuraduría Departamental de Santander y a la Procuraduría General de la Nación, a la Defensoría del Pueblo, a la Policía y al Ejército Nacional, de la mano de la sociedad civil, los medios de comunicación, Concejales-as, servidores-as públicos y líderes-sas comunitarios del municipio, a que investiguen a profundidad las verdaderas causas de este mal llamado “desastre natural”, y que se sancione de forma ejemplarizante a quienes originaron esta tragedia, de modo que conjuremos juntos una nueva de mayor magnitud que tengamos que lamentar:
Noticia publicada en el portal web PULZO: https://www.pulzo.com/nacion/origen-avalancha-san-gil-santander-PP531139