Los más altos valores constitucionales -la justicia, la libertad, la igualdad, la paz, el Estado Social de Derecho- no pueden ser alcanzados por la sociedad si no funcionan las instituciones que están llamados a su logro y preservación.
Desde hace un tiempo hemos venido señalando que la fortaleza de nuestras instituciones, que fue ejemplar en América Latina, se ha venido deteriorando -y de manera grave-, en razón de escándalos y modalidades de corrupción y latrocinio (Odebrecht, Reficar, "Cartel de la toga", compra de votos, para mencionar apenas algunos), y la politización de altos tribunales, la inestabilidad de la jurisprudencia -con la consiguiente ruptura de la seguridad jurídica-, el equivocado rumbo del Congreso en cuanto a reformas constitucionales y leyes al improvisar la implementación del Acuerdo de paz, la falta de una adecuada delimitación de las funciones entre la JEP y la jurisdicción ordinaria, la ostensible debilidad del control constitucional y la falta de coherencia de las providencias adoptadas por la Corte Constitucional, las crecientes dificultades en la administración de justicia, la impunidad, la ausencia de una política en materia criminal y carcelaria, una acentuada sensación de desgobierno ....todo eso nos está llevando infortunadamente a una crisis institucional que puede acabar con el sistema democrático colombiano. A lo cual se agrega el "caso Santrich", las contradictorias decisiones judiciales al respecto y la incapacidad de la JEP para asegurar la comparecencia de varios ex jefes guerrilleros.
Ahora, para completar, se denuncia el posible regreso de los "falsos positivos" y de las interceptaciones y seguimientos ilegales a dirigentes políticos, y la revista Semana denuncia, con grabaciones y documentos, graves hechos de corrupción en la cúpula del Ejército, frente a lo cual es muy urgente que el Gobierno exprese su concepto y que Fiscalía y Procuraduría actúen con eficiencia y rapidez.
El panorama de nuestras instituciones no es el mejor. Su fortaleza es cuestionada y puesta a prueba. Debemos recuperarla.