Los biólogos que le salvaron la vida a la tortuga en Costa Rica, grabaron los 8 minutos que tardaron en retirarle -con alicates- el elemento plástico, al animal. Ver el pitillo en la fosa nasal de la tortuga, avistar su dificultad para respirar y sentir el dolor que trasmitía mientras la trataban de salvar, no puede darnos otro mensaje distinto al estremecimiento que el galápago sufría: impotencia, resignación a una muerte que nosotros –los seres pensantes- le estamos asegurando con nuestra inconciencia y nuestro instinto básico de destrucción. Los animales marinos son los dueños del mar y pese a ello nosotros que podemos recapacitar sobre nuestras decisiones y colegir las consecuencias de las mismas, los estamos matando. ¿Por qué somos tan indolentes? ¿Por qué tan estúpidos? ¿Qué nos hace creer que millones de toneladas de basura arrojadas al mar, con pleno conocimiento de lo que estamos haciendo, no terminará matando seres vivientes?
Vea el video de la tortuga salvada en Costa Rica aquí: https://www.youtube.com/watch?v=4wH878t78bw
Según informe de PNUMA (Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas) el 70% de las toneladas de basura que los seres humanos tiramos al mar, acaba en el fondo marino; otro 15% se mantiene sobre la columna de agua y el resto, es decir, el 15% de la basura, termina llegando a las playas. Para ser más exactos, de las toneladas de basura que arrojamos al mar, el 85 por ciento se queda en el mar.
El número flotante de objetos plásticos o no reciclables por Km2, oscila entre los 23,8 y los 132,9, siendo las zonas cercanas a la costa las que acumulaban mayor número de basuras flotantes y las zonas de alta mar las de menor densidad de basuras, sin tener en cuenta que los estudios que arrojan estas cifras no pueden cuantificar basuras no reciclables en suspensión por no ser visibles desde la superficie.
Estos residuos flotantes son en su mayor parte plásticos como el pitillo que terminó en la fosa nasal de una tortuga marina condenándola tarde o temprano a la muerte. Los residuos que van al fondo del mar son generalmente vidrios, aunque también se encuentran plásticos, pilas, restos de artes de pesca e incluso objetos de gran volumen. En las orillas de las playas se encuentran botellas, bolsas de plástico; residuos higiénico-sanitarios tales como bastones de oídos, aplicadores de tampones y preservativos; basura doméstica, colillas de cigarrillos, envases de plástico, envases de PVC; latas de gaseosas y cervezas. Por lo tanto, productos que por no ser reciclables se consideran de larga vida, esto es, productos que tardan más de 450 años en degradarse. Es decir, potencial y largamente peligrosos para la vida de la fauna y la flora marina.
El pitillo[1] que fue a dar a la fosa nasal de la tortuga salvada en Costa Rica por los biólogos, es un elemento plástico no reciclable que debió parecerle inofensivo para quien lo arrojó; no obstante, conviene ver el video para comprender que nada de lo que los seres humanos arrojamos al mar es tan inofensivo como parece.
Gracias a la basura que los seres humanos arrojamos al mar, somos testigos a través de la experiencia vivida por los biólogos y trasmitida por youtube, del padecimiento del galápago, la dificultad de los biólogos para extraer el elemento plástico, el desespero del animal que no entendía lo que le sucedía y el sangrado que le produjo la extracción del pitillo de aproximadamente 10 centímetros de largo.
Los biólogos Nathan Robinson y Christine Figgener subieron la tortuga a bordo de una embarcación en mar abierto y durante largos 8 minutos, según informaron los medios en Costa Rica, retiraron con un alicate el pitillo. No fue posible hacerlo de otra forma, dijeron los biólogos ante las críticas de algunas personas que les pareció más adecuado criticarlos que apoyarlos: “Estábamos en el océano durante algunas horas alejados de la costa y de cualquier veterinaria o máquinas con rayos X. Incluso, pudimos habernos hecho daño en el intento de extraer el material de la tortuga. Cuando se logró extraer caímos en la cuenta de que se trataba de una pajilla de plástico”. Su página web es: www.leatherback.org o su facebook: https://www.facebook.com/leatherbacktrust
Las tortugas son animales de naturaleza noble y longeva. Las que más viven llegan a los 100 años y en todo caso no viven los 450 años, tiempo que necesita un vaso o una bolsa plástica para degradarse. Es uno de los reptiles más antiguos del planeta y por generaciones ha despertado gran interés para todas las culturas.
IMAGEN DE: renderosnews.com
La tortuga, por su longevidad, está ligada a creencias religiosas, a la magia y a la mitología. En China la tortuga es símbolo de longevidad, paz, autoridad, equilibrio, fortuna, apoyo, sabiduría, protección y símbolo de lo indestructible; está considerada uno de los cuatro animales celestiales o sagrados que junto con el dragón (Dragón azul cuida el oriente), el pájaro rojo (Ave fénix cuida el norte) y el tigre (Tigre blanco cuida el occidente) rigen los rumbos del espacio y guerrean y combaten fieramente contra los demonios. El libro moral y de profunda estructura simbólica de origen chino “I Ching” o “libro de las mutaciones” cita a la tortuga varias veces en sus hexagramas que se dice fueron inspirados en la caparazón de este galápago.
En Vietnam, el símbolo de la independencia es una gigantesca tortuga de caparazón blando, que es uno de los pocos ejemplares vivos que habitan el lago Hoan Kiem en la capital, Hanoi. La leyenda dice que estando Vietnam bajo la opresión China, emergió del lago una tortuga que le entregó al fundador de la dinastía Lê, el emperador Le Loi, bajo la promesa de regresarla, una espada mágica para que defendiera a Vietnam. Empero, Le Loi ganador en la pelea gracias a los poderes de la espada, una vez triunfador en la contienda, no la regresó. Un día, mientras el emperador navegaba por el lago, emergió la tortuga y lo invitó a regresar el sable a las divinidades que se lo habían prestado en tiempos de guerra asegurándole el triunfo, pero Le Loi se negó. Dice la leyenda que la tortuga lo sumergió con la espada al fondo del río, con el fin de mantenerla a salvo hasta la próxima vez que Vietnam tuviera que defenderse.
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[1] El nombre en Cuba “absorbente”; en Argentina, Chile y Bolivia “bombilla”; en República Dominicana “calimete”; en Colombia y Venezuela “pitillo o cañita”; en Perú y Panamá “cañita o sorbete”; en Panamá “carrizo”; en Argentina y España “pajita”; en México “popote”
