GENERALIDADES DEL CASO:
(i). Es la historia del reparto de una herencia que se tornó litigiosa;
(ii). Se trata de un caso inspirado en hechos reales;
(iii). Se pretende narrar solo hechos soportados en documentos previa eliminación de nombres e identificaciones;
(iv). La estructura de la familia es ficticia;
(v). El nombre ficticio del abogado principal, considerado para esta narración como el autor intelectual de la destrucción del patrimonio familiar y económico del padre, será Ratta Maquiavélica;
(vi). La cónyuge sobreviviente en adelante será “la madre”;
(vii). Los herederos de la familia ficticia se identificarán por número en orden descendente de mayor a menor y se les daré una letra aleatoria del abecedario, aclarando cuáles herederos eran clientas del abogado Ratta Maquiavélica:
Tabla 1.-
ASAMBLEA 2001-01
Antes de explicar la asesoría de Ratta Maquiavélica encaminada a trasferir los bienes del padre a una sociedad comercial (https://www.lavozdelderecho.com/index.php/opinion/item/8388-opinion-caso-sucesion-no-2-la-empresa-fachada-clara-patricia-montoya-parra) se deja en evidencia el actuar de las herederas L (hija 6) y R (hija 7) clientas iniciales del abogado.
VEAMOS:
En el mes de marzo del año 2001, cuando Ratta Maquiavélica y las dos herederas sabían que el padre estaba diagnosticado con un cáncer avanzado, se reunieron para celebrar la primera asamblea de la sociedad comercial en la oficina que para ese entonces tenían en la calle 94 de la ciudad de Bogotá.
EL ACTA NO. 2001-01 DE LA SOCIEDAD NORAA INVERSIONES S.A.
En el acta 2001-01 quedó registrado sin que así hubiera sucedido, que estaban presentes la totalidad de los accionistas sin necesidad de convocatoria.
Es de recibo aclarar que, en las actas de reuniones de asambleas asesoradas por Ratta Maquiavélica quedaban consignadas falsedades y las mismas jamás iban acompañadas de soportes documentales que dieran fe de lo que en ellas se consignaba: ni convocatorias, ni poderes, ni firmas de los asistentes hacían parte integral de la única evidencia que se dejaba de la celebración de la reunión.
Para efectos del Acta 2001-01 diremos que, se va evidenciando el perfil criminal de Ratta Maquiavélica y sus clientas porque sin mediar una reforma estatutaria o una cesión de acciones, reacomodaron la composición accionaria de NORAA. ¿Tuvo algo que ver que el padre se estaba muriendo y los planes que se tenían con esta sociedad hacían imperioso eliminarlo de la composición accionaria para no depender del 51% de las acciones que detentaba en la escritura original? Y, la madre, ¿Por qué Ratta había decidido eliminarla de la composición accionaria?
De la revisión preliminar del acta, diremos que en apariencia es un documento normal. Es un acta que tenía por objeto nombrar de Revisor Fiscal de la sociedad comercial NORAA a una señora de la confianza de las dos herederas que con Ratta estaban realizando extraños movimientos jurídicos justo cuando el padre estaba muy enfermo. Así las cosas, se puede concluir que ninguna perspicacia levantaría el acta sino fuera porque tal y como lo he dicho, de manera arbitraria cambiaron la composición accionaria, eliminaron irregularmente a los padres de la sociedad pese a que, tal y como quedó probado en la escritura de constitución original el padre tenía el 51% y la madre el 36% de todo el capital social y, por último, falsamente dejaron la constancia de estar el 100% de las acciones en que se divide el capital social afirmando que no hubo necesidad de convocatoria pues estaban todos los accionistas presentes.
¿Qué es la composición accionaria? es la información referente a cómo está constituida la empresa según la participación de sus socios o accionistas. Tal y como se puede verificar de la escritura pública que da fe del acto de constitución de NORAA en el año 1999 (https://www.lavozdelderecho.com/index.php/opinion/item/8388-opinion-caso-sucesion-no-2-la-empresa-fachada-clara-patricia-montoya-parra), hacían parte de la sociedad el padre con el 51% y la madre con el 36%. Sin embargo, en el Acta No. 2001- 01, supuestamente la primera reunión de accionistas, desaparecen los accionistas mayoritarios y se reacomoda el capital social.
Entonces, ¿podría concluirse de la reacomodación del capital social que Ratta estaba con este movimiento beneficiando al único hijo con el 16.84% del capital cuando antes solo tenía 6% y a las herederas hijas por partes iguales con un 11.8% cuando antes solo tenían el 1%? No. Definitivamente y después de 20 años de conocer mejor a los protagonistas de esta reunión de asamblea, se puede afirmar que nada en beneficio de algunos herederos se estaba planeando.
¿Pudo el padre aconsejar ignorando la ley, que arbitrariamente se reacomodara la composición accionaria de una sociedad cuya firma les solicitó a sus hijos, con respeto y de manera personal a uno por uno, cuando ya se sentía enfermo? No. Ese no era el padre que todos conocían, pues era un señor en toda regla en lo que se relacionaba con el respeto a la ley. Si bien es cierto que el padre estaba muy enfermo por su cáncer, conservó hasta el último día de su vida una capacidad mental plena, dio ejemplo de autonomía en la toma de sus decisiones que no incluía por supuesto haber decidido bajo engaño algo que de buena fe creyó ser coherente con su pensamiento cuando en realidad se le mentía; y, jamás, dada su honestidad, hubiera coadyuvado en aprobar que la madre hubiera perdido alguna prerrogativa económica si realmente había lugar a ella. Entonces ¿qué pretendían Ratta y sus clientas con esta reacomodación del capital social? Nunca se llegó a saber pues a la postre, tal y como lo veremos después, esta sociedad comercial no les sirvió para mucho más que nada; pero, sin embargo y a pesar de ello, merece toda la atención porque prueba el modus operandi de sus protagonistas desde antes del fallecimiento del padre.
ACLARACIÓN SOBRE EL TEMA DE LAS ACTAS DE ASAMBLEAS. -
De acuerdo con el artículo 431 del Código de Comercio: “Lo ocurrido en las reuniones de la asamblea se hará constar en el libro de actas. Estas se firmarán por el presidente de la asamblea y su secretario o, en su defecto, por el revisor fiscal”. (Negrilla y subrayados propios)
Así las cosas, por disposición legal las actas no requieren la firma de los asistentes. Ya habíamos dicho que Ratta se mueve exitosamente en estos escenarios de las asambleas que permiten todo tipo de trampas cuando el abogado es un pícaro y Ratta lo era. Pues bien, podía asesor, aconsejar o recomendar que, en virtud de la aplicación de este artículo, en el acta quedaran consignadas las constancias falsas que le diera la gana, siempre y cuando sus clientas firmaran como presidente y secretaria dando fe que, de lo allí consignado, nada era falso. Por esta razón y falsamente quedó consignado que ya los padres no eran accionistas; que estaban presentes sin necesidad de convocatoria el 100% de los accionistas con sus nuevas acciones; y que, por unanimidad, dieron un voto favorable al nombramiento de una revisora fiscal a quien algunos ni siquiera llegaron a conocer.
Desde luego las actas se pueden impugnar dentro de los dos meses siguientes a la fecha de la reunión, dirán algunos. En efecto el artículo 191 del Código de Comercio establece que: “Los administradores, los revisores fiscales y los socios ausentes o disidentes podrán impugnar las decisiones de la asamblea o de la junta de socios cuando no se ajusten a las prescripciones legales o a los estatutos.
La impugnación sólo podrá ser intentada dentro de los dos meses siguientes a la fecha de la reunión en la cual sean adoptadas las decisiones, a menos que se trate de acuerdos o actos de la asamblea que deban ser inscritos en el registro mercantil, caso en el cual los dos meses se contarán a partir de la fecha de la inscripción”.
Pero, no sobra aclarar que ningún heredero estando vivos los padres y aún después de varios años de muerto el padre, imaginó que en la cabeza de sus dos hermanas se estuviera fraguando un plan para desconocerles derechos o peor todavía, albergar el deseo de quedarse con los bienes del padre. En un comienzo, únicamente las dos herederas y el abogado celebraban o asesoraban estas reuniones y a nadie se le pasó por la cabeza que fuera necesario agregar a la rutina diaria, la revisión en la Cámara de Comercio de movimientos jurídicos por cuenta de las decisiones de dos hermanas, mientras aparentemente no descuidaban desde el “mayor cariño” al padre durante toda su enfermedad. Nadie podía anticipar que quienes habían mostrado un interés tardío por el padre -pero interés al fin y al cabo- simultáneamente organizaban el destino de sus bienes a su favor sin pasar por un proceso de sucesión, una vez estuviera muerto.
Haga click aquí para leer el Acta de la asamblea 2001-01
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