He descubierto otras formas de ser feliz, nunca imagine que con poco se lograrían muchas cosas. La familia lo mas importante. Los amigos compañeros de alegría, algunos generadores de tristeza; cuando su partida inesperada nos cogió por sorpresa. La igualdad, realidad mundial, todos expuestos corriendo el mismo riesgo ante un depredador invisible que no tiene en cuenta, raza, religión, color de piel o preferencia política, que nos ha puesto a todos en igual condición de vulnerabilidad. Por fin existe la igualdad entre los seres humanos, esta vez no solo la teológica: “ante los ojos de Dios todos somos iguales”, sino ante el virus. “Todos somos iguales” el miedo y la posibilidad de contagiarnos y morir es universal.
El autocuidado la mejor protección. He olvidado que existen los restaurantes, centros comerciales, hoteles, aeropuertos y muchos sitios que visitaba con frecuencia, a los cuales por ahora no pienso regresar. Las costumbres del trabajo presencial han sido desplazadas por la virtualidad, las tareas de mi profesión se complican, cambiar de presencial a virtual es drástico, es complejo, no todos se adaptan con facilidad, el celular se ha convertido no solo en mi mano derecha, sino en mi mayor distracción, no por lo recreativo que puede ser, si no por el tiempo que se pierde en la revisión de mensajes, algunos útiles y muchos inútiles.
Al final creo estar preparado para soportar otra cuarentena, mientras tanto tratare de mantenerme en forma, física y mentalmente, al fin de cuentas tengo claro que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.
N. de la D - Las opiniones de nuestros columnistas y colaboradores, en ejercicio de su libertad de expresión, no comprometen los criterios editoriales de esta página.
Nuestras redes sociales:
Facebook: https://www.facebook.com/EmisoraLaVozdelDerecho
Twitter: https://twitter.com/LaVozDelDerecho
Youtube: https://www.youtube.com/c/lavozdelderecho1