Para esto, debemos tener en cuenta: SEXO: Es el resultado de la unión de los cromosomas XY de nuestro padre y los XX de nuestra madre. Podemos afirmar que el sexo es genético, cromosómico y biológico. Solo pueden existir dos sexos: macho y hembra. Un tercer caso es el intersexualismo (conocido como una ambigüedad de los órganos genitales que no permite identificar plenamente si se es macho o hembra al momento del nacimiento). Mientras que el GÉNERO Es una construcción sociocultural, una representación y asignación de roles a cada sexo, de acuerdo con la sociedad y cultura en la que es recibido cada ser humano recién nacido. El género es una imposición de la masculinidad o la feminidad. Hay que diferenciar el sexo del género y de la identidad de género; que es la autopercepción que en algunos casos es compatible con el sexo biológico y en otros casos es incompatible, y las personas sienten la necesidad de ser reconocidas y percibidas con un género que no les corresponde a su sexo biológico. Así se inicia el camino hacia la plena satisfacción en busca del género diferente al de su sexo biológico (transgénero).
Los niños deben vivir la etapa de la infancia como niños, a pesar de que en esta etapa pueden existir inclinaciones a querer ser percibidos con un género diferente a su sexo. La identidad de género y el libre desarrollo de la personalidad solo pueden ser obtenidos cuando la persona alcanza un nivel de madurez que no tiene nada que ver con la edad cronológica de los 18 años, cuando puede obtener la mayoría de edad y ser sujeto de deberes y derechos civiles y políticos. La madurez a la que me refiero es la que le concede al ser humano la capacidad de tomar decisiones y ser consciente de las consecuencias que esas decisiones van a causar en su propia existencia y en la sociedad.
Con estos argumentos y otros que están plasmados en mi libro “LA NATURALEZA SE TRANSFORMA”, presento mi rechazo total a la posibilidad de que los niños puedan cambiar sus marcadores de género y sexo en los registros civiles y en los documentos de identidad. Tampoco le debe ser permitido a los padres tomar esta decisión por sus hijos, ya que cambiar el marcador de género o de sexo de un registro o documento de identidad debe ser una decisión personal y solo puede ser tomada cuando se llegue a la madurez.
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