Con fortuna una madre que a punta de teta nos calmó el hambre de pequeños, mientras que un padre con el fruto de su jornal a muchos nos dio techo. Somos el pueblo, el que elige a los peores gobernantes y llena de ladrones el congreso; el mismo que vota sin pensar en los programas de gobierno, el que sale a la calle a protestar, revienta vidrios y produce incendios. El que ataca a policías, y a su misma gente.
También, he sido el padre que madruga para llevar de comer a sus hijos, el pueblo que ruega al cielo por un futuro mejor, aquel que de lo poco, alimentó a quien tuvo menos. Soy el pueblo solidario, que ha olvidado sus bondades, a causa de la falta de oportunidades, la desesperación, la envidia, la ignorancia, la rebeldía y las malas decisiones... Un pueblo indolente, caminando hacia el infierno.
Soy el pueblo miserable, escaso, sin aliento, sin esperanza y sin respuestas, envuelto en la miseria, el abandono y en peligro de muerte mientras protesta sin saber porqué.
Ese soy yo, porque yo soy el pueblo.
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