Tras los graves atentados terroristas, los ataques contra la infraestructura y el medio ambiente, los asesinatos de policías, soldados y líderes sociales y promotores de derechos humanos, todo muy reciente, de todas maneras el Presidente Santos ha resuelto reiniciar los diálogos con el ELN, con miras a un proceso de paz.
Como lo hemos dicho varias veces, ante tales hechos, que no son antiguos sino muy próximos en el tiempo, no nos parece que se deba premiar a los delincuentes, y menos todavía con las promesas de impunidad que seguramente estarán sobre la mesa de diálogo.
Ya tenemos el hecho creado, segú decisión de quien puede tomarla, el jefe de Estado, y como es así, por lo menos el Gobierno debería proceder a establecer e imponer unas condiciones mínimas para iniciar el proceso. Devolver los secuestrados a sus familias, reintegrar a sus hogares a los menores reclutados, cesar totalmente los actos terroristas y los crímenes, decir la verdad y entregar a la Justicia a los autores de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Reparar integralmente a las víctimas. Ya que ello no se hizo en el caso de las Farc, hacerlo con el ELN. De lo contrario, el único camino será combatirlos.
Verdad, Justicia, reparación y garantía de no repetición de sus crímenes. Elementos indispensables de todo proceso de paz.