La manipulación, el egocentrismo, la mentira, los celos, todos los antivalores desadaptados, y los más repudiables comportamientos están presente en el tóxico. Su vida se convierte en una batalla contra él mismo y con su entorno; nunca está contento, solo lo satisface momentáneamente. El pensar que tiene el control lo hace creer que está haciendo lo correcto; no acepta la realidad, ni se da cuenta que está destruyendo su futuro y el de los que lo rodean.
El alcalde William Dau, se ha convertido en “el tóxico”, para la ciudad. El pretender ganar popularidad, a costa de combatir la corrupción, acusando a personajes polémicos, que hasta el día de hoy, gozan de la presunción de honestidad, mientras que, contrario a los propósitos y el discurso retórico del Tóxico, la corrupción se incrementa. Ya nadie le cree, su programa de gobierno, carece de legitimidad y de argumentos objetivos, la inseguridad se toma la ciudad, el apropiarse de lo ajeno se ha convertido en la fuente de ingresos para muchos, “el tóxico” le echa la culpa a la pobreza y la pobreza se la achaca a la pandemia. Todo ocurre, la ciudad se destruye pero nada es su culpa, él es el salvador. Los anteriores alcaldes le dejaron la ciudad sin recursos, endeudada, pero no es su culpa que las cosas empeoren.
Lo peor no es el comportamiento tóxico del alcalde WILLIAM DAU CHAMAT, ni el deterioro de la ciudad, el problema radica en la felicidad del pueblo, que lo envuelve, lo defiende y protege, con la seguridad que están en manos del salvador; pareciera que el síndrome de Estocolmo, se apoderara de todos en la ciudad, son muchos los cartageneros que han generado un fuerte lazo emocional con el alcalde, con quien se identifican a quien justifican y aclaman, salen a defenderlo y lo ponen en un pedestal, mientras el repite “tu papá te quiere”.
Solo basta revisar los hechos, para entender que el peor ciego es aquel que no quiere ver y así su papá diga que los quiere, su inexperiencia, su comportamiento y sus hechos demuestran, que el “salvador honesto e incorruptible”, también es un auténtico “tóxico”.
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