El poder puede desviar a la gente y hacer que renuncien a sus ideales o los cambien fácilmente. Podemos verlo reflejado en decanos con gran experiencia en el tema, cuando de cambiar de partido se trata.  Por ejemplo, Roy Leonardo Barreras Montealegre, Armando Alberto Benedetti Villaneda, Alfonso Prada Gil, y como mínimo doce docenas más de lagartos, que han pasado por el liberalismo, uribismo, santismo, cambio radical, partido verde, pactos, coaliciones, y que en este momento político se encuentran en un status PETRIFICO.  Pero no me refiero al sentido literal del verbo transitivo “petrificar” (Convertir una cosa en piedra o endurecer algo de manera que lo parezca. Dejar a una persona inmóvil o paralizada por el asombro, el terror, etcétera.), no estoy hablando de la petrificación de inmovilidad, de hecho, están más activos, moviéndose de campaña en campaña, de reunión en reunión y volteándose como culebra en incendio. El “PETRIFICO” del que hablo, se trata de un estado de indecisión generado por la conveniencia, de quienes esperan el resultado de las encuestas o tal vez el resultado final de la contienda electoral para tomar la sabia decisión de apoyar al que haya ganado. En esta ocasión, podemos ver que los “Voltearepas”, están decidiendo sobre ser “fieles” seguidores de Gustavo Petro o de Federico Gutiérrez.  

A pocos días de las elecciones para escoger a quien será el presidente de la República, los petrificos son mayoría. Los hay de izquierda pura y de la extrema derecha, algunos de centro, y no únicamente del democrático, también del aristocrático.   Los hay de todas las edades, de cualquier profesión u ocupación, funcionarios, empresarios, contratistas, artistas, deportistas, diplomáticos, y de cualquier género. Estamos rodeados de PETRIFICOS, monosexuales, heterosexuales, homosexuales, bisexuales, pansexuales, bigénero, trigénero, pangénero, género fluido, agénero; en conclusión de todos los gustos y preferencias. 

La identidad colectiva de este grupo, es solo una: apoyar 100% al que puede ganar o al que ganó.  El voltearepismo está de moda, y los “petrificos” suben en las encuestas de intención de voto y solo con el resultado final sabremos de qué lado quedarán.  Sin embargo, me atrevo a asegurar que del lado del perdedor no estarán muchos, siempre buscarán el lado del ganador. 

Los corruptos, siempre irán tras el vencedor en las urnas, porque los  contratos, el presupuesto de la nación, los dineros de las obras públicas y las coimas, siempre serán el botín más atractivo para los voltearepas, hoy llamados LOS PETRIFICOS. 

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