Para el alcalde William Dau Chamat, la ley, la constitución, la cortesía y los buenos modales, son letra muerta. Es increíble que este chabacán y cretino, se pudiera mantener durante tres años en la alcaldía de Cartagena, ¡los medios de control le tienen miedo! Su comportamiento de casi loco los asusta y a él, le ha generado un escudo. Su lengua larga y su irreverencia con un alto contenido irrespeto, son su blindaje.
El gobierno desastroso de Dau, convirtió a la ciudad en una de las más violentas del país; y aun con eso, la clase política, los gremios industriales, los comerciantes y los entes de control, parecieran tenerle miedo. Tal vez su famoso discurso anticorrupción, pisa callos, los mantiene tan asustados que prefieren guardar silencio y esperar que el ultimo día de su periodo como alcalde llegue rápido para que salga del cargo y las cosas cambien.
Las denuncias promovidas por William Dau hasta ahora no han dado resultados. Ninguno de los apodados por él mismo como “malandrines” ha sido declarado culpable. Fueron y siguen siendo puras especulaciones, suposiciones e hipótesis. Mientras tanto, el tiempo transcurre y los malandrines que denunció con bombos y platillos siguen libres, el edificio acuarela sin demoler, el programa de gobierno y su promesa de acabar con la pobreza y salvar a Cartagena quedó en veremos, porque no salvó a Cartagena ni de su propia inexperiencia. La ciudad está sin control porque le quedó grande gobernar; tan grande como la locura que demuestra.
En las memorias de la ciudad quedará registrado el periodo de gobierno de DAU, como el peor de todos los tiempos. Lo hecho, hecho está, pero ojalá que nunca más se repita un desastre político como el que estamos viviendo. Esperaremos día a día, hasta que finalmente llegue el anhelado 31 de diciembre, para que el calvario de este desgobierno termine. Si no lo suspenden de su cargo, los escándalos que provoca seguirán siendo el motivo de vergüenza ajena para los que vivimos en la ciudad y padecemos la inseguridad y el abandono en que se encuentra.
Mientras que alcalde William Dau Chamatt se mantenga en el poder, no dejaremos de decir: “otra del tractor, vuelve y juega*”
*Es una expresión coloquial utilizada en Colombia para referirse a una situación que se repite y se ha convertido en un ciclo.
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