Certidumbres e inquietudes: ¡NO MÁS CORRUPCIÓN !. José Gregorio Hernández Galindo Destacado

El imperio de la legalidad y la transparencia son garantías de primer orden para la supervivencia de una sociedad civilizada. Infortunadamente, a lo largo de nuestra historia, particularmente en los últimos años, esos valores -aunque proclamados en la Constitución y las leyes- han sido transgredidos y las transgresiones han quedado impunes en la mayor parte de los casos.

 

La corrupción, junto con la violencia política, la guerra y el narcotráfico, han sido -durante años, no solamente ahora- los grandes males de Colombia, las causas de la disolución social, de la muerte y la desintegración, en extensas zonas del territorio, y motivo del desprestigio del país ante la comunidad internacional. Si algo se espera del Estado, hoy, al lado de las políticas en los aspectos sociales y económicos, es una genuina actividad orientada a la erradicación de tan antisociales confabulaciones delictivas, con el fin de recobrar elementales valores de nuestra nacionalidad.

 

En lo que toca con el cáncer de la corrupción, denuncias y muy delicadas situaciones recientemente acaecidas -no las únicas- nos han llevado a reflexionar sobre el tema:

 

Es necesario y urgente, por el bien de Colombia, que, al menos en el caso del que ahora se trata -ya que en muchos otros no ha pasado nada- se lleven a cabo las indagaciones, investigaciones y procesos judiciales y administrativos a que haya lugar -por parte de la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia, los jueces competentes, el Gobierno Nacional y la Procuraduría- respecto a las denuncias públicas de dos  exfuncionarios de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo que buscan acogerse al principio de oportunidad, sobre muy graves hechos de corrupción.

 

Las cosas -hasta ahora- no están nada claras y, por el contrario, hay mucha confusión, no se conocen pruebas y, en cambio, especulaciones y anuncios mediáticos-, lo que obliga al Estado a cumplir oportuna y correctamente su función. Todos exigimos que se sepa la verdad -toda la verdad, no parte de ella- y que los responsables sean sancionados. Que no haya impunidad.

 

Desde luego, las personas que han venido siendo mencionadas -congresistas y funcionarios gubernamentales- gozan de la presunción de inocencia garantizada en la Constitución. No pueden ser condenadas por los medios y deben gozar del pleno derecho a su defensa. Pero la administración de justicia debe actuar y las responsabilidades -tanto penales como administrativas, disciplinarias, patrimoniales y políticas- deben ser definidas, asumidas y reclamadas.

 

Reiteramos: las investigaciones y confrontaciones sobre los graves hechos no admiten más pausas, ni las informaciones a las que tiene derecho la ciudadanía pueden seguir adelantándose -gota a gota- por medios de comunicación y con criterio políticamente sesgado. Al contario, deben ser adelantadas por los organismos competentes, en los correspondientes e imparciales procesos, no en redes sociales, y deben ser inmediatas, exhaustivas y completas, pues están de por medio no solamente la responsabilidad de los sindicados, la idoneidad y credibilidad del Congreso y del Ejecutivo, así como la legitimidad de las leyes aprobadas y en trámite.  

 

Sea cual sea el resultado de los procesos correspondientes, lo que debe ocurrir es que se haga pronta, real y cumplida justicia. Con pruebas y sin tanta especulación.

 

Imagen de creativeart en Freepik

Jose Gregorio Hernandez Galindo

Expresidente de la Corte Constitucional de Colombia y director de la publicación “Elementos de Juicio. Revista de Temas Constitucionales” y la emisora "lavozdelderecho.com".

Email Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Acerca de Nosotros

Nuestro propósito es aprovechar la tecnología en beneficio de la divulgación, el análisis, la controversia, la verificación de los grandes asuntos en que aparece el Derecho, en cualquiera de sus ramas; los procesos judiciales de trascendencia y los más importantes debates y acontecimientos.