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OSCAR EDUARDO BORJA SANTOFIMIO

 

Imagen: www.aprendiendoavivirplenamente.com

 

La ausencia de conocimiento de la Constitución en el común de los ciudadanos (el pueblo) se convierte de manera automática en el principal aliado de la corrupción.  El artículo 41  de la Carta Política dispone que “En todas las instituciones de educación, oficiales o privadas, serán obligatorios el estudio de la Constitución y la Instrucción Cívica. Así mismo se fomentarán prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación ciudadana. El Estado divulgará la Constitución”.

La omisión de lo preceptuado en  este artículo, arroja como resultado una cifra considerable de hombres mujeres, niñas y niños, que desconocen el contenido de nuestra Carta Política.

El desconocimiento de este contenido por la mayoría de ciudadanos colombianos,  es el pilar para que los antivalores, los enemigos de la democracia, los corruptos, los elegidos por elección popular,  hagan de las suyas, pues el poder soberano y los mecanismos de protección,  que radican en el Constituyente primario, en el pueblo, en la prole,  no pueden ser aplicados, sencillamente porque  lo desconocen, no saben de su existencia ni mucho menos de su aplicación,  esto para la tranquilidad y el bienestar de los gobernantes y corruptos. Qué fácil es gobernar un conglomerado de seres humanos que ignoran sus deberes y derechos, que no tienen la más remota idea de la estructura orgánica del Estado.  

El desconocimiento del articulado de la Carta Política, es patrocinado por quienes el pueblo ha delegado para dirigir desde el Gobierno, la obligatoriedad de la pedagogía constitucional es letra muerta,  un cementerio de ideas sin doliente, no existe en el Estado una comisión de seguimiento al cumplimiento de lo dispuesto en el  artículo 41 de la Carta Superior.

Mantener al Constituyente primario y a las futuras generaciones apartadas del aprendizaje de Constitución Política, es de gran utilidad, al momento de decidir conculcar los derechos fundamentales, al momento de intentar reformar la Constitución Política a la conveniencia del partido político de turno en el poder, la Constitución no puede ser divulgada, el conocimiento de la Constitución es considerado reservado solo a los amigos del Gobierno, los mecanismos procesales para materializar la defensa de los derechos humanos fundamentales y colectivos deben desaparecer, el pueblo dormido debe permanecer dormido, los medios de televisión se concentran en llevar a la audiencia, reinados,  novelas, que hacen una apología al narcotráfico a la infidelidad, conciertos, todos estos espectáculos, poco ilustrativos y con nulo contenido constructivo de  buenas prácticas, en beneficio de la sociedad, de gran ayuda cuando de esconder y distraer a los habitantes de una Nación se trate, la orden es cero espacio  para la pedagogía constitucional.  “Colombia tiene talento, pero también tiene sus tontos”.  Los unos en el Gobierno  hacen de las suyas, los otros en la ignorancia hacen caso.  

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LAS BARRAS BRAVAS

28 Sep 2013
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...criminales, no hinchas

POR JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO

 

Imagen lacarinosa.com

 

Nos hemos referido varias veces a la preocupante “cultura” –que en realidad es incultura- de la violencia que hoy, infortunadamente predomina en Colombia. Ella, unida a la extendida delincuencia y a la intolerancia que caracteriza el comportamiento de muchos de nuestros compatriotas, está haciendo imposible la convivencia en el seno de nuestra sociedad. 

Las comunidades, especialmente en las ciudades, se han convertido en grupos heterogéneos, inestables e inseguros, en cuyo interior es común encontrar recelo y desconfianza, todo lo cual resulta explicable y hasta justificado en razón de los múltiples peligros que se ciernen sobre las personas, provenientes en su mayoría de seres humanos, más que de la naturaleza, de las enfermedades o de los accidentes. 

¿Cómo entender que, totalmente por fuera de la vigilancia y el control de las autoridades, cuadrillas de desadaptados y malandrines –que no de verdaderos hinchas de los equipos de fútbol- se hayan adueñado de importantes áreas públicas y hayan decidido atacar a personas indefensas, herirlas y asesinarlas por el hecho de portar una camiseta de determinado color ?. Como en la época de la violencia política, en los años cuarenta del siglo pasado, cuando –según narra la Historia- era suficiente llevar puesta una corbata roja o azul para perecer en manos de las cuadrillas delictivas de entonces, que decían pertenecer a uno u otro de los partidos tradicionales. 

En las últimas horas, al menos hasta el momento de escribir esta columna, en Bogotá –capital de la República- se han registrado al menos tres homicidios, todo indica que cometidos por integrantes de “barras bravas”, en una conducta verdaderamente criminal que desafía el ordenamiento penal colombiano; que constituye gravísimo atentado contra los derechos humanos; que riñe abiertamente con el espíritu deportivo, y que ofende al equipo de fútbol del cual los asesinos dicen ser hinchas. 

Dicho sea de paso, gran daño se causa a los equipos en los que de manera abusiva se arropan tales delincuentes, organizaciones deportivas injustamente expuestas ante la opinión pública como si estimularan –que no lo hacen- tan detestables actos. Sus directivos, personal técnico y jugadores deberían pronunciarse, y de hecho entiendo que lo harán, o ya lo han hecho, para rechazar enfáticamente los comportamientos criminales de quienes no merecen ser llamados hinchas, y –más aún- deberían unirse todos los equipos de fútbol para organizar una campaña, en la cual estamos dispuestos a participar sus legítimos y auténticos hinchas –hoy adoloridos-, las autoridades y los medios de comunicación , con miras a desenmascarar a los malhechores, buscar su condigna sanción y erradicar estas prácticas, cuyo objetivo parece consistir en enlodar y desprestigiar una actividad tan digna y tan arraigada en los corazones de los colombianos como el fútbol. 

El deporte es, por su misma definición, sano esparcimiento y expresión de paz. Que los violentos y los intolerantes lo respeten, y respeten las instituciones jurídicas y los derechos esenciales de los demás colombianos. 

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RECUERDO DE COELLO - COCORA

28 Sep 2013
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Escrito por

POR OSCAR EDUARDO BORJA SANTOFIMIO

...a propósito de la muerte de Avaro Mutis

 

 

Imagen: deracamandaca.com

 

De aquellas tierras que nunca olvidaré, que me vieron crecer, del río transparente que vi correr, rio Cócora, afluente del rio Coello, que unen sus aguas en un corregimiento llamado Coello, ubicado  en la vía que de Ibagué conduce a Cajamarca.

Para llegar al rio Cocora, confieso: “siempre” a escondidas de mi abuela,  que nunca me hubiera dado el permiso para tal aventura,  tenía  que  caminar desde Miramar, donde quedaba la casa de mi abuela Rosa,  pasando por Boquerón, para luego descender y a un costado de la vía observar las  balastreras (canteras),  inolvidables por el estruendo de la dinamita utilizada para  arrancar, de las entrañas de la montaña, la  piedra de un color gris-azuloso, que luego era cargada en volquetas para ser transportada hasta Ibagué, donde era utilizada como base sólida en la construcción de las vías públicas, de la ciudad musical, para ese entonces en pleno crecimiento. 

La belleza del paisaje, de estas veredas ubicadas en las estribaciones de la cordillera central, es única, la frescura del clima, el azul del cielo, el verde de las montañas, el canto de los pájaros, conforman un conjunto de recuerdos inolvidables, que sólo el alzaimer podrá borrar de mi memoria. Las frías y trasparentes aguas del rio que descendían de la montaña,  ese pequeño pedazo de tierra que con el paso de los años ha perdurado en mi mente, son  tan importantes que si me dieran a escoger el lugar para dejar las cenizas que resultaren de mi cremación, no dudaría en pedir que estas fueran entregadas a la corriente de las aguas del rio Cócora.

Me entero en los medios de información sobre la muerte del escritor ALVARO MUTIS JARAMILLO. Decidí buscar internet, esta vez  dejándome llevar por un instinto. Fue así  como me interesé por conocer la biografía del escritor y poeta contemporáneo, quien recibió importantes reconocimientos a lo largo de su carrera literaria -el Premio Xavier Villaurrutia en 1988, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1997, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1997, el Premio Cervantes en 2001 y el Premio Internacional Neustadt de Literatura en 2002, entre otros-.

!Ohhh, sorpresa, increíble coincidencia !  Encontré lo que buscaba, llegué a lo que mi instinto me guiaba: en la biografía del escritor se lee: (…) “Regresaba a Colombia, primero, durante las vacaciones y después por temporadas más extensas. Vivió en una finca cafetalera y cañera que había fundado su abuelo materno, en el corregimiento de Coello-Cocora, cerca de Ibagué (Tolima), en las estribaciones de la Cordillera Central, de la cual el autor dice: "Todo lo que he escrito está destinado a celebrar, a perpetuar ese rincón de la tierra caliente del que emana la substancia misma de mis sueños, mis nostalgias, mis terrores y mis dichas. No hay una sola línea de mi obra que no esté referida, en forma secreta o explícita, al mundo sin límites que es para mí ese rincón de la región de Tolima, en Colombia". (…) A la muerte de su padre, su madre decide regresar a Colombia para dedicarse a la hacienda de Coello. Aparte de la biografía del escritor encontrado en wikipedia.

Entonces, en concordancia con el fallecido escritor, decidí evocar “ese rincón de tierra”:  Coello –Cocora.

 

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COMPULSAR COPIAS

28 Sep 2013
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Escrito por

JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO

 

 

De vez en cuando es bueno recordar el alcance de los términos jurídicos, no solo para los neófitos sino también para algunos abogados, que parecen olvidarlos o ignorarlos. Como por ejemplo cuando un abogado -que después se arrepintió- quería denunciar por calumnia e injuria a un magistrado del Tribunal de Justicia y Paz de Antioquia por haber compulsado copias respecto a posibles conductas delictivas de un ex presidente de la República.

La palabra “compulsar”, de uso común en los estrados judiciales, significa “trasladar” o “enviar”. Un juez o tribunal compulsa copias de piezas o documentos que integran el expediente en un asunto del cual conoce. Ello quiere decir que las envía a otro juez o tribunal para que las examine y verifique, y para que, si lo considera pertinente inicie las investigaciones o adelante los trámites procesales necesarios que de allí se deriven.

Así, si al estudiar un determinado caso –por ejemplo, sobre responsabilidad penal de una o varias personas- halla que las diligencias adelantadas en el curso del proceso o las pruebas allegadas o practicadas conducen a estimar que otra u otras personas distintas de las allí procesadas pudieron incurrir en un delito, ese juez o tribunal, si no es competente para resolver al respecto, se limita a compulsar las copias de las piezas o documentos procesales respectivos, paa que sean conocidos y evaluados por el juez competente, y para que éste, si es el caso, inicie proceso o investigación respecto de las personas a las que alude. Como él no puede hacerlo, por carecer de competencia, remite el asunto al que sí lo es, lo cual, por tanto, parte de la base de que no se está pronunciando de fondo y, por el contrario, deja todo confiado a lo que el competente resuelva.

Así, pues, resulta al menos inconsecuente, o ignorante sobre el alcance de una compulsa de copias, pretender que el juez o tribunal que resuelve proceder en tal sentido puede estar calumniando o injuriando a la persona o personas respectivas. No se trata siquiera de un derecho de ese juez o tribunal, sino de su obligación, ya que, si en el proceso que conduce encuentra que alguien allí no procesado pudo cometer un delito y se abstiene de compulsar copias al competente, responde por ser cómplice. 

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