Cuando la población pobre no encuentra alternativas laborales, cuando no está capacitada para desempeñar trabajos productivos y ante sus múltiples carencias, ve en las actividades ilícitas una alternativa para la solución de sus necesidades básicas y es por ello que el hurto, la delincuencia y en general la violencia, son opciones de vida de algunas personas que se encuentran en situación de pobreza, y lo que es más triste se convierte en una cadena que se repite generación tras generación.
Es importante por ello que los gobiernos centren su atención en la búsqueda de alternativas integrales, y reflexionen, porque la cantidad de dinero que se gasta en la guerra es algo que tiene que llamar la atención. Este círculo vicioso de guerra y violencia solo conduce a más desesperanza, desolación y empobrecimiento de las comunidades por donde pasa.
Por el contrario las ayudas en torno a la superación de la pobreza, pueden conducir a la paz a partir de hechos concretos. Por ejemplo la inclusión de la población pobre en programas de empleo y no mero asistencialismo, generando la confianza y el escenario adecuado para nuevos caminos de progreso social.
El interés por los necesitados está cobrando un nuevo interés, y se está llamando la atención por parte de autores como Thomas Piketty, Thomas Pogge, Amartya Sen, Daron Acemoglu y James Ricardo por citar algunos, quienes nos muestran en cifras y datos concretos: la brecha entre ricos y pobres es abismal y lo que es peor aún va en aumento, cifras y datos sobre los cuales debemos reflexionar y hacer que nuestros gobiernos de igual forma reflexionen.
Las cifras del Banco Mundial por ejemplo, nos muestran que más de la mitad de la población mundial es pobre y en América latina, según el último informe de la CEPAL de enero de 2015, nos muestra que 165 millones de personas se encuentran en nivel de pobreza y de ellas 69 millones en condición de pobreza extrema. Este informe se realizó con base en un índice multidimensional de pobreza, con datos de 17 países de América Latina, el cual concluye que la forma y la intensidad con que se manifiestan las carencias entre los pobres varían entre los países.Por lo tanto, para la formulación de políticas eficaces, tendientes a superar la pobreza, se requiere tomar en cuenta dicha heterogeneidad, y es por ello difícil que existan soluciones de política que produzcan resultados similares en todos los países.
Nuestro país está inmerso en esta realidad, hoy más que nunca se hace necesario hacer un alto en el camino fortaleciendo los programas existentes o diseñando nuevas propuestas, políticas públicas con metas concretas. Si esto no se hace las consecuencias no se harán esperar con el desborde de las cifras y el consecuente aumento de la violencia, porque como se dijo, la desigualdad afecta la estabilidad de los países, de la sociedad y supone una amenaza permanente que no nos permite seguir siendo indiferentes.