Más de 200.000 hombres custodian la capital francesa, 18.000 de ellos en los alrededores del lugar de la Cumbre. Ayer, cuando se llevaba a cabo una manifestación pacífica en cuyo curso se dejaban simbólicamente muchos pares de zapatos -el Papa Francisco había enviado los suyos- hubo fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de policía y los manifestantes. Las manifestaciones están prohibidas en París tras la declaratoria del Estado de emergencia, por lo cual, mediante gases lacrimógenos y a la fuerza, la reunión fue disuelta con un saldo de doscientas cincuenta personas arrestadas y un número indeterminado de heridos.
La Cumbre tiene indudable importancia, en momentos en que el planeta atraviesa un crisis de enormes proporciones por causa del recalentamiento global y de los riesgos que implica. El cambio del clima y los abusos de los países industrializados, que no se comprometen con el ambiente y prefieren las ganancias y el lucro por encima de la protección de millones de personas, han ocasionado una situación verdaderamente grave desde el punto de vista ecológico, que irremisiblemente compromete a las actuales y futuras generaciones.
Lo ha advertido el Santo Padre en la Encíclica "Laudato Sí", que pone "los puntos sobre las íes" en la materia y que ha señalado la necesidad de una toma de conciencia colectiva, y de unas medidas efectivas, quizá muy lejanas de los teóricos discursos de los gobiernos, de los industriales indolentes y de los delegados políticos.
Ojalá esta Cumbre sirva en realidad para algo. Que se vaya más allá de las palabras vacías, sin contenido y sin compromiso. Que algo se acuerde para reducir al menos el impacto ambiental en el mundo. Es lo que reclamaban pacíficamente los ecologistas que protestaban en París y que fueron reducidos a las malas por la policía francesa.
Dicho sea de paso: ya se ve, por lo ocurrido ayer, que son las libertades y los derechos de los no terroristas los que pagarán el alto precio de lo que hacen los terroristas. La manifestación era pacífica pero fue disuelta con violencia.