El ex presidente de la República y actual Senador Álvaro Uribe Vélez ha propuesto eliminar las actuales corporaciones judiciales de máximo nivel y unificarlas en una sola Corte.
Desde luego, son muchos los que proponen una reforma a la Administración de Justicia, teniendo en cuenta la morosidad, la mala calidad de muchos fallos, la corrupción que hay en algunos despachos judiciales, la congestión de casi todos, la politización, la pérdida de independencia de otros, y el bajo nivel de aprobación de las altas corporaciones. Todo ello se ha reflejado en un gran desprestigio, pero a nuestro juicio, no se debe a la existencia de varias Cortes sino a la equivocada selección y a la mala preparación de algunos jueces y magistrados. No se puede generalizar, pues los hay excelentes. Ha hecho carrera en todo caso la conciencia de la opinión pública en el sentido de que se requiere una reforma.
Con todo respeto hacia la propuesta del Dr. Uribe, consideramos que concentrar en un solo tribunal la Corte Constitucional, la Suprema, el Consejo de Estado, el de la Judicatura y el Consejo Nacional Electoral, no sería el camino más indicado para solucionar la crisis de la Justicia.
Son muchas las funciones que corresponden a la Justicia constitucional, a la ordinaria, al Contencioso Administrativo, a la administración judicial, al Consejo Electoral -y habrá que agregar a la JEP-, y concentrar todas en un solo tribunal podría congestionar de tal manera la administración de justicia que podría hacerla totalmente ineficiente y tardía.
En el fondo, lo que propone el ex presidente es la convocatoria de una asamblea constituyente, pues semejante reforma no podría ser introducida por el Congreso mediante acto legislativo. Modificaría toda la estructura estatal, e implicaría cambiar muchas disposiciones constitucionales y legales. Sería una sustitución de la Constitución.
Y una asamblea constituyente sí es urgente y necesaria por causa de la enorme crisis institucional que vive la República.