En las últimas horas han surgido nubarrones en torno a los acuerdos de paz, sin intervención alguna de la oposición. Además de la aparición de las 900 caletas con municiones y armas que las FARC han admitido que existen y que no habían sido entregadas, el Presidente Santos ha revelado vía Twitter que desde hace 6 años le dijo a Hugo Chávez que la revolución bolivariana, es decir, el socialismo del Siglo XXI, fracasó. Y además ha criticado al Presidente Maduro, quien está pasando por una terrible crisis política y tambaleando, por haber militarizado a Venezuela.
Nicolás Maduro, en consecuencia, quien a pesar del fracaso del que hablaba Santos, fue designado garante del proceso de paz colombiano y miembro de la Comisión de Seguimiento de los acuerdos, se considera traicionado por el Jefe de Estado colombiano, y dice que revelará una serie de secretos que conoce desde hace 10 años, y varias grabaciones que posee, sobre engaños y traiciones en el proceso de paz, y además expresa que sabe de un plan para asesinar a los dirigentes de las FARC que participaron en el proceso de paz. Algo que, si fuera cierto -nos resistimos a creerlo- sería sencillamente tenebroso.
Pero habrá que esperar para ver si los anuncios de Maduro tienen algo de verdad o si se trata de una rabiosa reacción suya por lo que considera una traición de Santos. Lo que sí ocurre es que se han presentado ya muchas razones para pensar que no todo ha sido transparente ni claro en el curso del proceso de paz, y que a los colombianos no se nos ha dicho toda la verdad, como también pasa con el escándalo de ODEBRECHT y con las campañas presidenciales de 2010 y 2014.
Además, la ONU tampoco ha dicho la verdad sobre la entrega de armas, a juzgar por las caletas que las FARC reconoce extemporáneamente. Y a la vez, resulta muy grave que sigan los crímenes contra líderes sociales y defensores de derechos humanos.
Estamos en un momento de revelaciones por causa de deslealtades e incumplimientos, y es necesario que el Gobierno principie a decirnos la verdad. Es un derecho de los colombianos, garantizado en la Constitución.
Además, la Justicia Transicional se funda ante todo en la VERDAD.