La situación de los 138 migrantes que ocupan el buque "Open Arms", de bandera española, sin poder arribar a puerto, es francamente desesperada, debido a la extrema posición del ministro del Interior italiano Matteo Salvini, quien no les otorga permiso para atracar, pese a reciente decisión judicial en su contra y a la polémica interna (ya una crisis del gobierno italiano) sobre el asunto. En las últimas horas, con su decisión de impedir el desembarco, Salvini se enfrenta a su propio Gobierno y el Primer Ministro Giuseppe Conte, en carta a él dirigida, le ha llamado "desleal".
Conte, al igual que la ministra de Defensa Elisabetta Trenta, no se opone a que el buque humanitario español entre en territorio italiano.
Open Arms es una organización no gubernamental y sin ánimo de lucro cuya principal misión es proteger con su presencia en el mar a aquellas personas que intentan llegar a Europa huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza.
El miércoles por la tarde, un fallo con sentido humanitario permitió la entrada del barco en aguas italianas, invocando una "situación de gravedad y urgencia excepcionales", que justifica la decisión para que "las personas rescatadas que lo necesiten reciban asistencia médica".
Hoy se informa que los migrantes, que ya suman 14 días en una situación insostenible en el interior del "Open Arms", a poca distancia del puerto de la isla italiana de Lampedusa, siguen a la espera de la solución, que no llega, aunque seis países europeos (España, Portugal, Francia, Alemania, Rumania y Luxemburgo) han manifestado su voluntad de acogerlos, repartiendo entre ellos a los migrantes, pero el soberanista Salvini (líder de "La Liga") se niega a impartir la orden que permita a la embarcación atracar.
Vean ustedes lo que provoca la terquedad y la falta de criterio humanitario de un político extremista.