El teletrabajo, hace parte de mi rutina; los abogados de la firma todos en sus casas, siempre atentos a las consultas que, a diario nos hacen nuestros clientes, quienes piden la interpretación de los decretos, y la solución a sus problemas de carácter laboral, contractual y las decisiones que cambian el rumbo de las empresas.
No he salido, ni lo pienso hacer, aunque mis escritos en los medios, son leídos por seguidores y amigos que dejan sus comentarios, algunos llaman a saludar, otros a comentar la situación, el teléfono y el Whatsapp son los más utilizados durante el encierro en casa.
Hoy llegó lo inesperado, sorprendido quedé cuando recibí la llamada de un cliente, informándome la presencia de un caso confirmado en su empresa; el café que tenía en la mano, fue consumido de un solo sorbo, hasta ese momento pensé que estar en mi casa, me mantendría alejado del protervo virus. Pero uno de los empleados de mi cliente ya lo tiene, y entendí lo cerca que estamos todos de contraerlo.
No esperemos que hasta no ver no creer, por favor, hagamos de nuestros actos y hechos acciones responsables. No contamos con el apoyo de nadie, el Gobierno Nacional no nos va a salvar, ni el Alcalde, tenemos que cuidarnos a nosotros mismos, solo la oración y la gracia de Dios, sanos y a salvo nos puede mantener; no salga de su casa si no lo necesita, no reciba visitas, tome todas las medidas que recomiendan las autoridades.
La vida de muchas personas se perderá, es un enemigo invisible, que como experto francotirador, no falla en su letal misión, no esperemos ha estar contagiados para creer, cuidemos nuestras vidas y las de los demás, el COVID-19 está más cerca de lo que pensamos.
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