El artículo primero de la nueva reforma tributaria de Duque-Restrepo es un sartal de falacias. Estamos ad-portas de un lánguido remate de Gobierno nacional que mediante halagos subliminales (demagogia), trata de mantenerse en el poder.
ARTÍCULO 1°. OBJETO. La presente ley tiene por objeto adoptar un conjunto de medidas de política fiscal que operan de forma articulada, en materia de gasto, austeridad y eficiencia del Estado, lucha contra la evasión, ingreso y sostenibilidad fiscal, orientadas a dar continuidad y fortalecer el gasto social, así como a contribuir a la reactivación económica, a la generación de empleo y a la estabilidad fiscal del país, con el propósito de proteger a la población más vulnerable contra el aumento de la pobreza, preservar el tejido empresarial y afianzar la credibilidad de las finanzas públicas. Adicionalmente, se adoptan las medidas presupuestales correspondientes para su adecuada implementación.
1. ¿Articulación? El solo hecho de que una empresa o negocio puede botar trabajadores mayores de 28 años y reemplazarlos por jóvenes, bajando el costo de la nómina y calificando para un subsidio del 25% a la nómina, indica una desarticulación laboral ostensible. No es ese el único caso…
2. Austeridad no es reducir el gasto público, es reducir el despilfarro, como p.ej., los nuevos uniformes de la Policía que ni siquiera hemos podido obtener el precio del contrato. Tampoco es único caso. Es más, la austeridad pública en un Estado neoliberal, como el que nos rige, conlleva, necesariamente, a menos Estado y más empresa privada.
3. La evasión fiscal anual calculada por expertos, entre ellos Fedesarrollo, en 5,4% del PIB (aproximadamente 54 billones), reducirla en solo 2,7 billones (el 5%), cuando se sabe quiénes son y cómo lo hacen, no es ningún esfuerzo. Dice el Minhacienda en la exposición de motivos
… Se requiere impulsar la gestión de control de la DIAN mediante mecanismos adicionales que le permitirán a la entidad ser más eficiente en el control de la evasión.
Pues, lo primero que propone la OCDE (10 principios de lucha contra el delito fiscal), es la cárcel a los evasores: “Las acciones penales mejoran el efecto preventivo general y reduce el incumplimiento tributario”. Eso no es lo que se propone en Colombia.
4. Tampoco significa sostenibilidad fiscal. Prueba de ello es que, también todos los expertos vaticinan, 100 por ciento, que el próximo Presidente “tendrá que estrenarse con una nueva reforma tributaria”.
5. Sobre la continuidad del gasto social, es decir, lo que propone como incentivo a la generación de empleo de jóvenes, subsidio a la nómina y matrícula cero, todo queda “supeditado a la disponibilidad con la que cuente el Gobierno nacional en el Presupuesto General de la Nación” (art. 22). Es la puerta falsa por donde salen las “buenas intenciones” de la demagogia inmersa en su mismo título: “Ley de inversión Social”.
6. La mentira más grande la contiene la aseveración de que “contribuye a la reactivación económica”. El art. 7º establece un impuesto sobre la renta y complementarios del 35%. Esa carga es regresiva porque grava por parejo a grandes y solventes empresas industriales y comerciales, como a pequeñas y medianas, y micronegocios de los que apenas vive la gente que, juntas (las Mipymes), representan el 99,5% de todas las empresas del país y generan el 80% del empleo nacional. Además, sobre ellas, recaen las más altas tasas de interés que carga la banca en sus créditos de consumo y capital de trabajo.
Reciente recomendación del SELA (Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe), enfatiza la protección y el estímulo de las Mipymes como estrategia fundamental de reactivación económica. Por lo visto, la tributaria Duque-Restrepo, ignora esa recomendación. Ciertamente hay síntomas de reactivación económica, pero anclados al repunte de commodities y remesas de colombianos en el exterior.
La exposición de motivos que inserta el GnoDq es ridícula, por decir lo menos, al justificar la carga impositiva con que esa menor a la que tenían las empresas en 2018. Esto refleja un Gobierno que a un año de terminar, sigue mirando atrás.
En síntesis, un adefesio que puede salir del quirófano legislativo peor que Frankenstein.
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