El ejercio de la democracia hoy, como la conocemos, está llena de delitos y vicios. El Índice Global de Democracia/2023, dice (…) “De hecho, se ha registrado en todo el mundo un continuo declive de factores democráticos como libertad de asociación y asamblea, libertad de expresión e integridad y seguridad personal”. A esto se agrega prácticas como la presión y engaño al votante; trasteo y compra de votos; suplantación de electores, jurados y funcionarios electorales corruptos, y lo más grave: la subordinación del poder político al poder económico.
Tampoco ayudan los organismos creados para defender la transparencia en los procesos electorales, como los consejos electoraes, instituidos como apéndices de los partidos políticos. ¿Cómo puede confiarse en un proceso que a la vez es juez y parte?
Y menos ayuda la prensa, sidicente bastión de la democracia. P.ej., sobre el resultado electoral de Venezuela. Los medios occidentales uniforman un título que, más o menos, dice: todo el mundo cuestiona y pone en duda el triunfo de Maduro… Y los del mundo oriental dicen: autoridades de varios países felicitan a Maduro por su victoria.
Conclusión: todo esto ha llevado a dudar, per se, de los resultados electorales, jornada tras jornada, en todo el mundo: EE.UU, Rusia, Europa, Asia, África y Latinoamérica, no solo en Venezuela, como hoy.