Lo que vemos es que las reformas que dinamizan esas materias no avanzan porque el congreso las tranca. La "renovación" del congreso, cada cuatro años, es un sofisma político, porque siguen los mismos con las mismas: ese es el meollo. O sea, como se ve en la lógica, un solo punto sería suficiente para enderezar la marcha del país: hacer que los “honorables” obedezcan la constitución y la ley; que representen el poder popular, y no intereses de facto propios o de sus patrocinadores.
No puede ser que hayan ascendido a presidentes del congreso personajes oscuros… Al revisar las leyes expedidas en los últimos 30 años, se nos aparecen confesos y convictos congresistas, que dan grima, firmándolas. A veces más parece, no confrontando textos legales, sino revisando un prontuario judicial. Oscuros personajes, para poner ejemplos pertinentes, como Arturo Char, que salió del capitolio a la cárcel, y parece que lo mismo va a pasar con el actual, Iván Name.
No puede ser que los congresistas incumplan su obligación de legislar, y salgan hacer alarde de ello ante las cámaras como la senadora Paloma Valencia; no puede ser que ocho senadores, financiados por las EPS, estén a punto de hundir la reforma a la salud que pone punto final a su oscuro manejo de más de $80 billones al año, a discreción; no puede ser que tras 6 años de haberse iniciado el proceso contra la exsenadora Aida Merlano, a la hora de ahora, no haya nadie más condenado por corrupción al elector; no puede ser que tras 15 años de haberse comprobado los tristemente famosos ‘falsos positivos’ no hayamos podido saber quién dio la orden; no puede ser que el país tenga que recurrir a un criminal como Mancuso para saber la verdad, según él; y no puede ser que tras 33 años de ordenar la constitución del 91 al congreso expedir el Código Sustantivo del Trabajo, obligación que les recuerda en 2021 la Corte Constitucional, los “honorables” manifiesten su disposición de sabotear también la reforma laboral, sin debatirla, como es su deber-ser.
Y, así, en interminables ‘no puede ser’ se llenaría de tomos espaciosa biblioteca, sin repetir caso.
Siete puntos, según el Presidente, que hacen necesaria la intervención del pueblo para enderezar el camino del cambio propuesto y victorioso en elecciones, que se resumen en uno: el congreso, la institución más desprestigiada de Colombia, según todas las encuestas.
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