La guerra entre el juez De Moraes y Musk lleva varios meses, en los que se han dicho de todo. El juez trata al magnate de “forajido” y este le increpa “dictador”, que tiene al presidente Lula de “perrito faldero”, agrega. El juez acusa a Musk de poner su plataforma a disposición de blogueros de extrema derecha al servicio del expresidente Bolsonaro; Musk alega que es “libertad de expresión”.
Tras el cierre de X, hoy el magnate anuncia en su cuenta que… “Comenzaremos a publicar la larga lista de crímenes de @Alexandre … Es un dictador y un fraude, no un juez”, y a renglón seguido, reposta una catilinaria contra el juez de su amigo, @BrendanCarrFCC, miembro de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU, dependiente del Congreso, en que dice que la sentencia “es mucho más preocupante y amplia de lo que sugieren los titulares. Las propias palabras de De Moraes dejan claro que está intentando asestar un golpe contra la libertad de expresión … Intenta imponer un nuevo régimen de censura en Brasil”…
P.D. Mientras se recuerde la odisea de Assange, obligado a pagar su libertad con declararse culpable de espionaje por actividades periodísticas, ninguna autoridad de comunicaciones estadounidense tiene moral para hablar de libertad de expresión.
El activismo político de Musk, desde que compró Twitter, y se declaró partidario de Trump, y su principal financiador de campaña de reelección, le ha generado líos en todo el mundo…
Su actual enfrentamiento con la Unión Europea le acarrea también multas, que explica diciendo que lo sancionan por no aceptar un acuerdo secreto para censurar, “discretamente”, tópicos políticos, arrojando dudas de que sus competidores sí aceptaron las condiciones de la UE.
En Latinoamérica no es menor su activismo político: es más, es de frente… Es fehaciente su participación en Bolivia que desembocó en la salida del presidente Evo Morales. Entonces dijo: “Le daremos un golpe a quien queramos”. En Argentina se abraza con el libertario Milei y en Venezuela con Corina Machado. Ahora es Brasil… ¿Quién sigue?
Si Trump gana la presidencia del país más poderoso del mundo, auspiciado por Musk, el multimillonario más ambicioso de todos, quedará en sus manos el destino del mundo occidental, ya de por sí, en agudo conflicto geopolítico con el mundo oriental.
Conclusión: la democracia en manos de Trump-Musk dejará de ser lo que ha sido siempre, una fementida libertad, para entregarse, completamente desnuda de pudor, al libertarismo radical.
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