Ha sido capturado en España el llamado “enfermero” de las Farc, Héctor Albeidis Arboleda Buitrago, a quien se sindica de una actividad criminal que puede ser calificada como crimen horrendo, consistente en practicar más de un centenar de abortos forzados a guerrilleras embarazadas, que habían sido reclutadas y violadas por miembros de la organización subversiva.
Sobre Arboleda, de 40 años, pesaba una circular roja de la Interpol por los delitos de “tortura agravada, reclutamiento forzado, violencia sexual, aborto sin consentimiento y concierto para delinquir”.
Las mujeres, según informe de expertos que estudiaron el caso y sobre el cual trabaja la Fiscalía General de la Nación, eran accedidas sexualmente, de manera forzada, y se les suministraba una pastilla anticonceptiva, pero si quedaban embarazadas eran obligadas a abortar. La renuencia a abortar podía ser castigada con la muerte, dentro de una “política de guerra”. Así lo manifestó el director nacional de Seccionales y de Seguridad Ciudadana de la Fiscalía, Luis González León, quien agregó que "varias mujeres murieron en estas prácticas de abortos y otras quedaron con lesiones, otras refirieron que esto para ellas fue una tortura".
"La orden era clara. Las filas no se podían llenar de niños recién nacidos y la que se negara a colaborar debía ser procesada y eliminada. Para eso estaba el 'Médico', para que esa orden se cumpliera", declaró con cinismo un delincuente, asistente del “enfermero”, capturado en Medellín.
Al menos 20 de las víctimas pertenecientes a comunidades indígenas, la mayoría menores de edad, rindieron declaración ante fiscales en la ciudad de Pereira. Allí, contra Arboleda, hay procesos por los delitos de aborto sin consentimiento, homicidio, secuestro, tortura, desplazamiento y desaparición forzada.
Hoy informa EL TIEMPO que, según un testigo desmovilizado de las Farc, el capturado utilizaba los cuerpos de las guerrilleras que morían durante el procedimiento –desde luego, antihigiénico y peligroso en alto grado, por las deplorables condiciones en que se practicaba- para dar clases de anatomía a los integrantes de las Farc que hacían curso para enfermeros, es decir, participaba en la formación de nuevos criminales.
Esto es algo tan grave, que estremece de tal manera y asombra el silencio hasta ahora existente, que no puede pasar inadvertido en las negociaciones de la Habana. Es algo tan horrendo que se compara con las atrocidades de los nazis. Y el Estado colombiano no lo puede dejar en la impunidad.
P.D.: Escrito lo anterior, se informa que los españoles dejaron libre al detenido.